RITA COMO EL CID

La mayoría de ustedes recordaran que Rodrigo Díaz de Vivar, venció una batalla después de muerto. Lo mismo ha hecho sin saberlo, la desaparecida alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que con su muerte nos ha dejado otro servicio, no previsto, a la ciudadanía. Por su óbito, conocemos un poco más el “pelaje”, por si hubiera dudas, de los de la nueva “casta” y por mucho que intenten disimularlo a “tiro pasado”, y ante la repulsa general; de su catadura moral, la inquina que sienten contra la sociedad civilizada, y el orden establecido, su prepotencia y su mentira. Su ausencia en el Congreso y su retirada en el minuto de silencio en memoria de la desaparecida, que por mucho que les pese fue una figura de la política de este país, con resultados que merecen la nota máxima a su gestión, les descalifica a perpetuidad y les deja señalados para siempre, como “fuleros” maleducados e intolerables. Descanse en paz la pronto llorada por sus paisanos, Rita Barberá.