Algo está fallando. O son ellos los que se desvian de sus propios principios o somos los demás los que despùes de los años, ¿que digo años?, de los siglos no los entendemos.
Los bien nacidos, no renuncian a sus principios, y el que escribe reconoce tener familia en la capital del Condado. Evidente que no tengo problemas de comunicación y tampoco de entendimiento, porque ellos tienen sus intereses allí y nosotros aquí, por lo tanto no hay peligro a los celos y tampoco a las envidias, muchisimo menos al deseo de los ajeno, pecado grave entre los diez mandamientos, si es que El Papa aleman, no lo cambia.
Con motivo del despropósito que , a mi corto entender, siginifica que el Parlament acepte a trámite la posibilidad de prohibir las corridas de toros, llame a uno de ellos para preguntarle su punto de vista, la respuesta fue contundente: "no me pierdo una corrida de José Tomas". Mi consanguinidad volvió a las pulsaciones normales, y entendí que el ritmo cardiaco familiar era, en principio, el correcto.
La deformación profesional, perdonenme uno es periodista hasta durmiendo, me llevó a insistir en los temas de actualidad y lo mas in en el Principado (a partír de Martín el Humano), es el sufragio por el independentismo llevado a cabo por algunos municipios catalanes recientemente.
La contestación de mi familiar, rotunda: "pertenezco al setenta por ciento de los cuerdos". Está claro que se referia al porcentage de astenciones que tuvo la consulta.
Estos precedentes son los que colman mi malestar y preocupación, en principio.
Toros historicamente existen en Cataluña, documentados desde el siglo XV y además les cabe el honor de poder presumir de tener el primer coso taurino dedicado a la "fiesta", de lo que era España (ustedes disimulen pero lo de los territorios del Estado Español, que es como les ha dado por llamarla ahora............., la verdad ¡no me termina de encajar!, tal y como he escrito en varias ocasiones), concretammente en Olot. Tampoco les voy a cansar con la enumeración de toreros de la tierra que han contribuido a la gloria, de la antes denominada: " fiesta nacional", porque la lista es larguísima. Ni de la preocupación que existe entre los que pertenecen a la única escuela taurina que existe, por el momento.
Si en la edad media y siguientes las fiestas dels bous, en plaça y al carrer, eran la base de les festes, pregrunto ¿porque los sustituiran ahora: por els concursos de castellers y de balls de sardana?.
No me imagino que todos los habitantes el Principat, Contat y Señorio, se hayan vuelto de la nit al matí, en miembros activos de los activistas contra la tortura de los animales. Porque una cosa es la tortura y otra la historia y costumbres de los pueblos, a la que no se debe renunciar por hombria y clase.
Tampoco veo al molt honorable Presidente, pasearse por la Plaça de San Jordi, llevando a un Vitorino con una cadenita atada al cuello.
Ni al aragones, vicepresident haciendo lo propio con un Galache (ganaderia de media casta).
Estoy convencido que el treinta por ciento no podra nunca con el setenta, lo que a las personas de normales tranquiliza el espíritu.
Por el otro lado y aunque los del 30%, por el ruido que han armado y el caso que les han hecho sus medios de comunicación parece que hayan ganado en las urnas, conviene recordarles que solo son el 30% de la población total catalana. Así que menos sacar pecho. Pero si deben hacerse ésta reflexión, en el supuesto que todos se volviesen locos de repente. ¿Que harian con los productos catalanes. A quien se los venderian?. Porque está muy claro que al resto de las nacionalidades del Estado Español (utilizo su terminología), no se lo podrían vender, sencillamente porque a la tragála, es dificil comprar.
Con lo que su máxima de toda la vida: "Nen, la pela es la pela", resultaria dañada gravemente. En contra de sus propios principios.
¿Que explicación darían los nuevos visionarios al resto de sus paisanos?.
Han comprobado que existen verdaderos motivos para sentirse preocupada una persona de bien que piense en su prógimo.
No se, no se, si éste sin vivir me dejara dormir está noche.
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