EL REPRESENTANTE

En estos tiempos donde la gente vive con la prisa del que toma el último autobús, ciertas cosas no han cambiado, al contrario adquieren protagonismo y más, para algunos son artículos de primera necesidad. En la edad media, los reyes tenían sus bufones para regocijo personal; de igual modo aparecieron los primeros periodistas, dispuestos cantar, que no contar las cosas, aunque fastidiaran al poderoso, los juglares eran los críticos de su tiempo. En el mundo de la farándula, con la llegada del cine, las estrellas del celuloide, requirieron los servicios de quien les vendiera y defendiera sus intereses ante las productoras, la imagen del representante , desde entonces, es un elemento primordial, para los famosillos mas o menos fugaces que cuentan sus miserias, en los programas basura de las televisiones. Todavía apuntan maneras y lo primero que hacen es buscarse su representante, la venta del producto “miserias humanas” está de moda y requiere de quien lo conozca bien para colocarlo oportunamente en el reality de turno. Tan imprescindibles son esos profesionales, que han llegado al mundo de la política; uno de la “casta” que tenga pretensiones, necesita rodearse de aduladores, ríe gracias, y quien los venda y sirva para contar “sus intenciones”, más o menos al dictado. Para ello seleccionan bien el espécimen, normalmente alguien que ha sido y está en decadencia. Tal es el caso del gallego de Cuba. Fidel, tiene como portavoz a la ruina andante del deporte rey llamado Diego Armando Maradona, a quien manda cartas para que el “pelusa”, haga llegar su contenido al gran público. Los hermanos, ya mayores, son listos como el hambre, estarán achacosos, pero la cabeza les funciona a la perfección y el olfato al 200%. ; Mientras Fidel, vive , viéndolas venir, Raúl, lanza la patada a Maduro, que está tieso y no puede dar nada y cambia sus cromos con Obama, que tiene “poderío” en la cuenta corriente. Más vale pájaro en mano, que mil promesas volando, por muy bien vestidas que las “presenten” y muy rojas que sean.