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Las encuestas que solicitan partidos políticos y medios de comunicación, cada vez se parecen más a la clasificación de la liga de fútbol, luego de cada jornada dominical. Los expertos, o los que metidos de lleno en el análisis de los resultados, se atreven a vaticinar, sobre ellos son lo mejores sociólogos del mundo, mundial; solo comparables con los economistas, maestros en explicar, con todo lujo de detalles, lo que “paso ayer”, e incapaces de predecir, aunque remotamente, lo que pasara con los “pavos” mañana y eso que cada día que pasa, el dinero está en menos manos, con bolsillos mas “gordos”. Volviendo a la semejanza con el deporte rey, dicen que parece que otra vez los clásicos encabezan la clasificación, aunque con menos “puntos”, los encuestadores aseguran que los encuestados dan como primero al PP, seguido del PSOE, ambos partidos “venidos a menos” en los “gustos” de la mayoría silenciosa; mientras que se cumple lo que advertíamos algunos que peinamos canas y tenemos el trasero “pelao” como los monos de los años de oficio, observando al personal. Podemos es un globo que en contra de la voluntad y deseos de los “universitarios” se deshincha; es como si se les hubiera terminado el butano y por lo tanto son incapaces de meter mas aire caliente; mientras que por mucho que intenten disimular ya todos les han colocado en su puesto, la extrema izquierda, y su “talante”: dictadura pura y dura al mas rancio estilo estalinista. El equipo revelación es Ciudadanos, con el que dolorosamente tendrán que contar, los del bipartidismo, de la derecha y de la izquierda, si o quieren “dejarse los piños” en su intento para formar un gobierno, mas o menos que funcione, y no sea el caos, que obligaría a convocar nuevas elecciones. Los celtiberos, condenan al descenso a los partidos separatistas y dejan en el “suspiro” a quien quiere ser más que los otros, el partido del fracaso es sin dudas: UPYD, doña Rosa, al leal saber y entender de los votantes, no está “fina” y eso tiene un precio en las urnas que puede ser de resultados calamitosos; sus últimas decisones, son cualquier cosa menos democráticas. De esta manera estamos ya metidos en la vorágine de la campaña electoral, de la que no nos libraremos en todo el año. Dinero para crear puestos de trabajo no hay, pero para el “chuleó” de los políticos, el que haga falta.