EN EL PRECIPICIO…….

….y con muerte asegurada, del accidente no se salva. Esa es la disyuntiva en la que se encuentra metido, en contra de su voluntad, el secretario general de los socialistas; ¿pudo evitar la catástrofe?, naturalmente que si, pero se dejo llevar de una autoestima desmesurada, oyó complacido los interesados elogios de los “pelotas”, sin pararse a analizarlos, y se comprometió con la extrema izquierda, quizás como respuesta al consejo, del que mas daño ha hecho al partido y responsable, en buena parte, de “hiel” que estamos bebiendo los españoles; de la “cenita”, Bono, Zapatero e Iglesias, se acordará muchos años el compañero Sánchez, en ella comenzó su calvario D. Pedro. Los medios de comunicación sensatos, entre ellos los más grandes, anuncian que los partidos se están preparando para nuevas elecciones en Mayo. Las matemáticas no fallan y los números no cuadran; el sentido común advierte que en las circunstancias actuales y con el “mal cornamiento” presente (como dicen los andaluces), no hay dios menor que sea capaz de formar una coalición lógica de partidos, para aguantar un tiempo en la Moncloa. Todos miran el futuro con dudas. Para el PP y supuestamente PODEMOS, serían los mejor librados de una nueva visita a las urnas; lo tienen peor C´S y PSOE, Rivera, perdería clientes que volverían a Rajoy, mientras que Iglesias, se terminaría de merendar a los socialistas, cumpliendo con el propósito marcado desde el inicio, cuando soltó la “gaita” de lo de la socialdemocracia, que solo se lo creen algunos en Ferraz, los menos, por cierto de los militantes. El que está en el filo de la navaja es Sánchez, que tiene que decidir entre su supervivencia momentánea, o la del partido. Si consiguiera formar grupo para gobernar, duraría, lo que un merengue en la puerta del colegio, porque se cargaría, definitivamente el país y las consecuencias terminarían con él, en un “plis plas”. Y también acarrearía el cumplimiento de una muerte anunciada, la del PSOE. ¿Qué hacer…..?. No es fácil la respuesta y peor la decisión. Ahora veremos la grandeza de espíritu, el amor a España y al partido, que ante la tesitura tiene el secretario general de los socialistas; la entrega de poder a los populistas, en los ayuntamientos y comunidades autónomas, le puede costar la carrera política, malo para él y posiblemente bueno para el partido y la Nación. Suya es la última palabra.