EL DESASTRE CADA VEZ MAS CERCA

No se trata de intimidar a nadie, y tampoco meter miedo, solo es una advertencia que uno descubre con mucha precaución pensando en las consecuencias. Porque no he perdido “la chaveta”, por eso siento pánico y no precisamente escénico. Son ya tres encuestas consecutivas las que se publican y dan como primera fuerza política en las próximas elecciones a PODEMOS. Repito lo que dije hace unos días: la España-bolivariana, está ahí mismo. A mí si me quita el sueño que la situación sea ésta, que a los paisanos no se les calme el enfado y mantengan en alto “el hacha de guerra”, contra los partidos corruptos. Pero me resulta más difícil de digerir que los míos, los que habitamos la vieja piel de toro, den un trato diferente a los advenedizos, a los recién llegados a “la casta”, aún cuando estos estén más “pringados” que los asiduos. Y digo lo de “más”, porque en el poco tiempo que llevan en “escena”, hay que ver la cantidad de asuntos “feos” en los que les han pillado; a este ritmo, en nada de tiempo, dejaran como “pardillos” a los clásicos. Lo que me deja boquiabierto es que descubiertos en asuntos deplorables e ilegales, haya personas de las que se supone con criterio, estoy refiriéndome a gente, de la desaparecida clase media, con estudios e inclusive con carreras brillantes, y con puestos de responsabilidad en la sociedad, que les creen y no se percatan de lo peligrosos que son. Ello me lleva la conclusión que puede más la animadversión y el odio guardado, a las “hazañas” de toda la “clase” política instaurada en el país y encuadrada en los diferentes partidos; que el razonamiento imprescindible en este momento, el sentido común e inclusive la conveniencia personal (el que me quede como estoy), por no mencionar lo que interesa a la totalidad de la ciudadanía, que no es regresar a un régimen totalitario del estilo del de la extinta URRSS y que padecen en Cuba, por ejemplo. Puede más el resentimiento hacia lo viejo, que la amenaza a la vuelta al totalitarismo y la dictadura que traen los nuevos, escondida bajo el “ala” de proclamarse redentores del país, engañando a los españoles por el anticuado procedimiento del desprestigio y acusación al contario. El aburrido: “mira que tú”, sin ningún otro merecimiento y cambiando de discurso cada día según convenga a la causa que conduce al poder. Lo único que quieren conseguir. Ya lo dice el refrán: “¡No hay peor ciego que el que no quiere ver!”. Luego vendrán las lamentaciones y el crujir de dientes, cuando las votaciones ya no tengan arreglo.