EL DESENCANTO VA POR BARRIOS

Vivir desencantado es una experiencia que nos toca a los que estamos en éste país, antes llamado España, gracias a las influencias negativa de los que se borran de la palabra “casta” para inscribirse en la de la “clase”, es salir de mata mala, para caer en mata peor. Ya a nadie asusta, aunque cabrea, la corrupción, lo novedoso es la “bronca” que entre ellos mismos tienen por mantenerse en el grupito de los “mandones”. Nadie se salva del dulce encanto del poder. ¿Cuáles la causa de ello?, no es muy difícil llegara la conclusión que todos aspiran a formar parte del grupo de privilegiados que llegaron a eso de: “que Dios, me ponga donde haya, que el resto ya lo haré yo”. Es evidente que para “triunfar” hay que estar, sino estas ni trincas, ni mandas, ni como se dice aquí bajo: “te echan cuenta”. Si para llegar hay que pisar cabezas, se pisan; si hay que desilusionar, se desilusiona; si hay que engañar, se engaña; si hay que mentir, se miente; si hay que traicionar, se traiciona; si hay que enmarscarar, se enmascara; cambiarse de chaqueta, para algunos es un arte, y no importa el precio con tal de continuar en la espuma; en la política de hoy “todo vale”. El ciudadano no cuenta, para ellos “es un mal necesario” que solo les sirve para votar y al que se contenta con un chupa chups, cuyo precio es una presión fiscal asfixiante y al que se maneja, con mano de hierro (tiranía, dictadura, sistema, o democracia la medida, llámese como se quiera). Monedero, el cajero de Podemos, critica a sus compañeros y dice sentirse traicionado por el de la coleta y el compadre de las becas, por no trabajar. Algunos ingenuos afirman que el descenso en intención de voto se debe al giro al centro, sin percatarse que gracias a eso, se mantienen todavía en candelero que en cuanto vuelvan las andadas de su forma natural –extrema izquierda- que pretenden ocultar, caerán de manera fulminante. Pero no solo son los del “ terror ”, a los que se les ve “el plumero”; a Sánchez, le meten otro gol con Blanco, desde las gradas “propias”; y Catalá, termina de emponzoñara a los peperos, a los que mantienen con dificultades dos mujeres, la marquesa y su compañera y candidata a la Comunidad de Madrid. También tienen en casa “el fuego amigo”, con muchos daños colaterales.