CALLEJÓN SIN SALIDA

Mala cosa es entrar en uno y no poder salir. Esta mal si se hace adrede y peor si es porque te empujan a entrar. En esa disyuntiva se encuentran en éste momento muchos españoles de buena fe, responsables y preocupados por su país. Los que no son ni listeros, ni compañeros de viaje; aquellos que no deben favores a los de la “casta”, pertenezcan a la “clase” que sea. Hablo de los que miran por el bienestar general, por encima de los intereses de partido, a lo mejor solo somos usted y yo, y si muchos nos aprietan el vecino del sexto, pero esta demostrado que especimenes “raros” los hay y cada día que pasa más. Uno que tiene la obligación por conciencia y por oficio de ser crítico, también es ciudadano y por tanto con el derecho y el deber de poder elegir, en ese instante se produce el cortacircuito mental; ¿a quien votar?. Las expectativas de voto cada vez se reducen más y más. A los peperos ni pensarlo, ¿a quien entonces?. A los sociatas que nos metieron en el fango, ni de coña. ¿Qué opciones quedan?.Los del PC, por supuesto que no habría que estar loco y aunque tendrán muchos votos serán de los desquiciados socialistas como castigo a sus dirigentes, pero alguien sensato, no puede votar a Lara, aunque esté borracho. La opción que resta es la Señora Diez; pero ¿sabe alguien de verdad a que juega?. Unas veces parece que esta en contra del PSOE, de donde procede, pero a la hora de la verdad les apoya, ahí está el caso de Asturias. El dilema para el hombre de la calle, es grande. Si no vota a los dos grandes partidos, se puede encontrar con una unión a la andaluza: PSOE – IU, visto como funciona en Al Andalus, mejor que pase la tentación. Es seguro que UPYD subirá como la espuma, pero tampoco tiene el suficiente predicamento para manejarse solo, la sorpresa sería que se produjese la unión PSOE – UPYD, es una tentación con antecedentes como se ha dicho. La otra tragedia y no griega sería que se juntaran UPYD y PP, para romperse el traje a lo plañidera cara. Los CIU y compañía queda para los primos del norte, con intereses particulares y a los que les importa un pimiento el resto de españoles, otro si digo para los vascos, salvo honrosas excepciones. En términos coloquiales, ir a votar en las próximas es tenerlo bastante “jodido”. Y no votar es dejarles manipular a sus anchas. Luego el problema se “pasa” a la conciencia de cada español.¡”Grosen putada”!, por las consecuencias, claro.