Que en pleno siglo XXI, les hable de inquisición, puede resultarles si no raro, por lo menos sorprendente; lamento tenerles que abrir los ojos, la moderna Santa Hermandad, desgraciadamente existe y no localizada en un lugar concreto, sino al igual que la anterior, la del siglo XV, extendida por la totalidad de la piel de toro, entonces recién formada España.
Las comparaciones son odiosas pero son necesarias, ahora cuando se ha roto España, por el lugar de la fuga, está la que entonces fuera último reino de taifas, Los Reyes Católicos conquistaron Granada y se procedió a la unidad de España; en tiempo de Zapatero, se rompe España, y la Granada actual es Cataluña, Boabdil, apodado el niño o el chico, es Montilla; el primero era rey, el segundo presidente, que tanto monta, monta tanto, Boabdil como Montilla, en el “imperio de Rodríguez”, la máxima de los Reyes Católicos, también sirve para romper lo atado desde el 1.492, han valido unos meses de presión al politizado Tribunal Constitucional que tenía aparcado el asunto tres años, para que saltara por los aires lo que costó tantos años y tanta sangre de volver a unir, nada menos que desde D Pelayo hasta Isabel y Fernando.
Los protagonistas equidistantes tienen paradójicamente cosas en común. D Pelayo es el origen del reino de León, primero de la España de la reconquista. ZP, es representante de León en el Congreso de los Diputados. Boabdil y Montilla, son andaluces. El destino ha veces es cruel con algunos mortales y juega malas pasadas.
Lo del ordeno y mando, se debe a Torquemada que en nombre de Dios, quemaba a la gente que no estaba de acuerdo con él, o sencillamente por que le daba la gana.
518 años mas tarde, el partido en el poder y el Gobierno que pasará a la historia como el mas nefasto que haya existido, aplica otra vez la máxima del inquisidor vía decreto ley y se quedan tan panchos.
De todo esto se sacan consecuencias muy negativas, porque los humanos copian mas que los monos, y las imitaciones suelen ser mucho peores que el original, que ya es bastante malo, intrínsicamente hablando.
Se desprende que inquisidores amateurs hay, mas que moscas y en cualquier segmento de la vida cotidiana, se hacen notar, son especialmente sublimes los de las Comunidades de vecinos, que imponen vía trampa, su real voluntad. La formula es sencilla, los caciquillos de poca monta se pone previamente de acuerdo con el administrador para que las cartas de citación, salgan un par de días antes de la convocatoria a la reunión de la comunidad, por lo que está asegurado, gracias al correo que padecemos que llegarán a su destino quince días después de celebrada la junta de propietarios, con lo cual podrán manipular a su antojo porque obviamente solo ellos acudirán a la cita.
Después como son una banda de cobardes, se quitaran de en medio y argumentaran: “como no viniste”. Claro está que lo que habría que hacer es romperles la crisma, que se lo tienen más que merecido, pero eso significa ponerse a su altura de aprendices a inquisidor y caciquillos del tres al cuatro.
Así que uno se resigna, y como en el caso del gobierno, espera la oportunidad de las “elecciones” (la próxima reunión, advertido el administrador que las cartas tienen que enviarse con un mes de antelación, porque en caso contrario, el que irá a la calle será él) para explicarles lo que se opina de ellos y desfacer los entuertos que previamente han realizado sin contar con nadie.
¿O es que se creen que se van a ir de rositas?.....¡De eso nada, tienen que escuchar “del mal que han de morir”, antes de…!.
Las comparaciones son odiosas pero son necesarias, ahora cuando se ha roto España, por el lugar de la fuga, está la que entonces fuera último reino de taifas, Los Reyes Católicos conquistaron Granada y se procedió a la unidad de España; en tiempo de Zapatero, se rompe España, y la Granada actual es Cataluña, Boabdil, apodado el niño o el chico, es Montilla; el primero era rey, el segundo presidente, que tanto monta, monta tanto, Boabdil como Montilla, en el “imperio de Rodríguez”, la máxima de los Reyes Católicos, también sirve para romper lo atado desde el 1.492, han valido unos meses de presión al politizado Tribunal Constitucional que tenía aparcado el asunto tres años, para que saltara por los aires lo que costó tantos años y tanta sangre de volver a unir, nada menos que desde D Pelayo hasta Isabel y Fernando.
Los protagonistas equidistantes tienen paradójicamente cosas en común. D Pelayo es el origen del reino de León, primero de la España de la reconquista. ZP, es representante de León en el Congreso de los Diputados. Boabdil y Montilla, son andaluces. El destino ha veces es cruel con algunos mortales y juega malas pasadas.
Lo del ordeno y mando, se debe a Torquemada que en nombre de Dios, quemaba a la gente que no estaba de acuerdo con él, o sencillamente por que le daba la gana.
518 años mas tarde, el partido en el poder y el Gobierno que pasará a la historia como el mas nefasto que haya existido, aplica otra vez la máxima del inquisidor vía decreto ley y se quedan tan panchos.
De todo esto se sacan consecuencias muy negativas, porque los humanos copian mas que los monos, y las imitaciones suelen ser mucho peores que el original, que ya es bastante malo, intrínsicamente hablando.
Se desprende que inquisidores amateurs hay, mas que moscas y en cualquier segmento de la vida cotidiana, se hacen notar, son especialmente sublimes los de las Comunidades de vecinos, que imponen vía trampa, su real voluntad. La formula es sencilla, los caciquillos de poca monta se pone previamente de acuerdo con el administrador para que las cartas de citación, salgan un par de días antes de la convocatoria a la reunión de la comunidad, por lo que está asegurado, gracias al correo que padecemos que llegarán a su destino quince días después de celebrada la junta de propietarios, con lo cual podrán manipular a su antojo porque obviamente solo ellos acudirán a la cita.
Después como son una banda de cobardes, se quitaran de en medio y argumentaran: “como no viniste”. Claro está que lo que habría que hacer es romperles la crisma, que se lo tienen más que merecido, pero eso significa ponerse a su altura de aprendices a inquisidor y caciquillos del tres al cuatro.
Así que uno se resigna, y como en el caso del gobierno, espera la oportunidad de las “elecciones” (la próxima reunión, advertido el administrador que las cartas tienen que enviarse con un mes de antelación, porque en caso contrario, el que irá a la calle será él) para explicarles lo que se opina de ellos y desfacer los entuertos que previamente han realizado sin contar con nadie.
¿O es que se creen que se van a ir de rositas?.....¡De eso nada, tienen que escuchar “del mal que han de morir”, antes de…!.
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