Ésta página, nació para dar respuesta a una serie de buenos amigos que aseguran que se lo pasan bien con las cosas que escribo. Del “cuadrito” no hablo, aunque no desentonaría, entre lo que sale hoy; con toda modestia ¡garantizado!. Los nuevos, no me han enseñado nada.

Dije en su momento que no sabía si su interés estaba basado en el deseo, o en la caridad. A todos gusta que nos alaben, y a las seguidores de los productores de aucas, continuadores de los trovadores medievales y remontándonos antes a los mala milk de los bufones, muchísimo más. Si quiere que un comunicador le guarde eterna simpatía, cuando se lo cruce, dígale: “muy bueno lo tuyo”, se pondrá mas “lindo” que un pavo real en plena exhibición. Usted posiblemente no sepa el porqué; él, a lo peor tampoco, pero en su fuero interno ha sentido un “gustirrinin” muy especial. Ese día se sentirá el dueño del corral (la redacción).
La segunda causa, es la caridad. Quizás pensaron:”vamos a darle un poco de jabón a éste que ya está mayor”. Tratándose de compañeros de estudios, de oficio y artistas, es más que probable. Tan lejos como que ésta misma mañana, me lo recordaba, con rin, tin,tin, Teresa, de mi Editorial.

Mi sorpresa ha sido descubrir que son más de los que pensaba. “El contador, no engaña”. Y que antiguos amigos de otros países, se han acordado del compañero Toni, e inclusive, muchos nuevos profesionales han sentido curiosidad, por ver como lo hacían (dicho con toda humildad), las vacas sagradas del periodismo del siglo pasado.
La verdad es que con mis articulitos de vez en cuando iba matando la afición. Ahora me debo preocupar con que el Blog, tenga vida. Así que entre la página y escribir libros, ¡estoy ocupadísimo!.
Para que la página sea mas viva y resulte mucho más apetecible para el lector, les incluiré trabajos de otros compañeros que hablan y trabajan en nuestro idioma desde diferentes partes del mundo. Me gustaría que el blog fuera un pequeño referente para dejar claro que somos más de 400 millones de castellano parlantes.

A unos, a otros y a los de más allá, muchas gracias. Confío en no defraudaros.

jueves, 26 de septiembre de 2013

EL ARTE DE CUCHARES, SE SALVA DE MOMENTO

Los españoles, pueden presumir de muchas cosas, pero por encima de todas de algo que es único, universal y envidiado, me refiero a la “fiesta”. En la piel de toro, el juego entre la vida y la muerte con el toro se remonta, de manera contrastada a los visigodos, aunque hay quien asegura que mas antigua y proviene de los romanos. Por su antigüedad, conviene no meterse en berenjenales y dejar que cada uno la sitúe en los tiempos que crea fueron los del inicio. La evidencia dice que los toros de Guisando están ahí por algo, y como para dejar constancia que el toro en la Iberia, poc menos que nace con ella. El cierto que el toro bravo, solo se conoce como oriundo de Hispania y las ganaderías que existen en otros lugares del mundo tiene su procedencia en la Península Ibérica. El hoy conocido como toro de lidia, es algo nacido, criado y cuidado en los campos de la Península y luego, trasladado a centro y sur America, donde se enraizó con tanta fuerza que hoy las corridas son tan de ellos como nuestras. Otro si digo con respecto al arte de parar, mandar y templar a un astado y traspaso los pirineos y es tan del sur de Francia, como de España. Lo malo es que hasta en el toreo, se ha metido la política y puestos a negar, hay quienes renuncian hasta de su primacía, la primera plaza de toros tal cual se la conoce hoy es catalana, aunque los que mandan en Cataluña, renuncian a ella con tal de erradica r algo que consideran “español” como los toros. Losa grandes maestros de la tauromaquia catalanes, son producto de la imaginación calenturienta de los anticatalanes. No han existido nunca. Por eso hoy se debate darle el estatuto de patrimonio de la humanidad, porque guste o no, es algo consustancial con el modo de ser y vivir de unas gentes que la trasmitieron de padres a hijos, y que se esparció tanto por la nobleza como por el pueblo soberano. Demos a cada cual su mérito y el que no guste de los toros que no vaya a las plazas, a las que se va pagando y cuya asistencia al espectáculo es voluntaria. El que esté en desacuerdo, con no asistir se queda tan feliz. Pero su disconformidad no tiene porque imponerse a los que si aman la “fiesta”.

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