LA DIADITIS

En éste país que todavía se llama España, aunque muchos quieran olvidarlo, periódicamente padecemos enfermedades, esperemos que benignas, y que no traen a “mal Traer” durante un tiempo, luego se pasan y todo vuelve a su cauce, a la normalidad de la que nunca debió salir. Para ello en ocasiones hay que pasar por el galeno e inclusive visitar el hospital. El tipo de “malaltía” llega a preocupar y de igual manera que con ello se benefician los laboratorios farmacéuticos, en los casos que nos ocupa, los beneficiarios son los de siempre “la casta” que mueve a su gente, como la fe mueve montañas, según el refrán. Enfermedades terminadas en “itis”: bronquitis, gastritis (cagaleras abundantes incluidas), trinquitis (de trincar) hasta llegar a la Diaiditis, la mas de moda y la que está removiendo el “mercado” en los últimos tiempos. LOS QUE SALEN ENRIQUECIDOS DESPUÉS DE LA EPIDEMIA, LOS QUE LA PROVOCAN, es decir los de siempre. Lo del independentismo es una “milonga” que se traen entre monos, una cuadrilla de listos que no contentos con enriquecerse en poco tiempo, quieren más y más, su apetito de poder y de bolsillo, no se sacia jamás. ¡ Que allá ellos!. Su poder de convocatoria lo conocemos, los que salen a la calle con bandera inventada a pedir una nueva Nación. Los otros, la mayoría silenciosa se queda en casa, cómodamente a verlas venir y cuando se la den “en el careto” a pedir árnica. Les recordamos a los de la Diaditis, que la Constitución que quieren saltarse, es una tapia tan alta que no es posible dar el salto y que primero habría que abrir, que casualmente es el voto de todos, no solo el de los que viven en Cataluña, que como parte del estado Español, nos corresponde a todos, decir si estamos de acuerdo o no, con la secesión. Así que si hay que votar, votemos, pero todos los españoles, no solo los cuatro paniaguos que quieren hacerse más ricos a costa de los demás paisanos, de dentro y de fuera de Cataluña.