No es algo que deba preocupar y máxime viendo en un lugar pequeño donde prácticamente nos conocemos todos.
A quien más, quien menos, le “toca” de alguna manera “el cambio” y por lógica necesita comentarlo, para que la gente le de la razón, se alineé con sus análisis, normalmente interesados.
Lo cierrote es que cuando se habla del tema con los amigos, es como si se vaciara “el saquito”, algo como arrodillarse ante el confesionario y “rajar”. Para tranquilizar el espíritu, no se va en busca del primer alzacuellos que te tropiezas; aguardas al amiguete, que sabes escucha poco, estás medio sordo, o tiene buena manga y luego con un par o tres de ave marías, asunto archivado.
Ese es el tipo de interlocutor que se necesita en éstos casos y para contarle sentenciando tu punto de vista que pretendes la respuesta sea de las de boletín oficial, decreto ley.
La suerte o la desgracia de vivir en un lugar pequeño, es que no hay forma de escabullirse. Le puedes hacer un buen regate a uno, dos y hasta tres, pero del cuarto, no hay manera de escaparse y hay que escucharle, primero su exposición sobre el asunto, que imaginas y te sabes de memoria, luego su analítica y para final los resultados que da por hechos (no es que vayan a ser, es que le gustaría que fueran).
Luego de su perorata, son todo oídos, y entramos en la parte difícil, la respuesta, tú contestación, que manda “huevos”. Consiste en no mojarte, y tener mejor izquierda que Manzanares en Madrid. Saliendo del aprieto con “dignidad”, es un rotundo éxito.
En mi caso la cosa se complica bastante, porque todos pretenden que “el abuelito, el veterano”, con cara de circunstancias y de la manera más solemne posible, esté de acuerdo con sus alegatos y la confirmación llegue con unas frases lo mas académicas y rimbombantes, con la mejor de las voces docentes, intentaré ser mas exacto: entre lección magistral de aula magna y conferencia ante personas sensatas conocedoras de la materia objeto de la disertación.
¿Por qué así…?. Muy fácil en las lecciones magistrales vas a lucirte y de lo que hablas se enteran tres, el resto a la luna de Valencia, en Julio que suele ser muy hermosa. La segunda parte de la mezcla es cuando hablas ante el público que sabe y que oyéndote, va por delante con el pensamiento; y ahora dirá “tal y ….”.
Resumiendo como éstos encuentros se suelen dar en locales publicos y en el 98% de las veces “baretos o similares” ; el interesado quiere enterarse él y al resto del personal que lo “zurzan” , es un bi dialogo, aunque hayan treinta personas con orejas de “burro” escuchando.
Aquí, vamos a tener material para tiempo y de difícil contento para el personal. La sorpresa que no por esperada ha sido de muchísima trascendencia y con influencias en un paquete importante de personas que se verán en la necesidad de tener que cambiar radicalmente su vida, y para algunas puede influir inclusive en su subsistencia. Así de desagradecida, retorcida y perversa es la política. Y en alguno de los condicionantes expuesto, radica que el que está arriba, defienda el sillón, con uñas y dientes. Y los “socios” de la ”clase” quieran dejar las bases a las que consideran contaminadas y de las que es tan difícil salir, como abandonar en fútbol, el pozo de la segunda división B.
Los que están, hablan y se defienden
Los que llegan quieren convencer y no saben por donde empezar, ni como.
Los minoritarios, a sangra a los que se fueron, porque no dieron . Y a amenazar encubiertamente a los que llegan, con intención de “pescar” algo en el río revuelto del desconocimiento.
El veterano que está tranquilo y quiere pasar de todo ello, hasta con tapones de cera, no hace más que escuchar el murmullo, del que intenta desprenderse, pero al que no dejan, porque lo “zarandean” para contarle esto o aquello. ¡Con lo feliz que se vive en la ignorancia de ciertas cosas!. Que por otra parte, ni me van , me vienen; ni me gustan, ni me disgustan….¡Con su pan se lo coman!.
Repito, lo mío es llegar a fin de mes sin hacer malabarismos.¡ Así de sencillo!.
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