DE SAMI A CLASSIC, CON UNOS CHICOS QUE YA SON ABUELOS

He estado unos días en Valencia, donde hace tiempo que no iba, y además de encontrarla muy cambiada, me en tropezado con un montón de buenos amigos, unos me han reconocido otros no, lo mismo que me ha sucedido a mí con ellos. Pido disculpas por el desliz, por ejemplo, al Greco, a quien tuve delante y un alma candida me señalo al personaje; el tema es grave dado el grado de complicidad y amistad en tiempos pasados. Él por el contrario, me identificó a la primera. Total que después de verme con el Dr. Albiñana, Enrique García Berneta, curiosamente en la puerta de un mingitorio, del ex de la Jurado, debo decir que está casi como entonces, solo que con el pelo totalmente blanco, y la lista se hace larga, así que por no cansarles les diré, que fue como un divorcio moderno de los que se celebran como las antiguas bodas. De regreso en el avión, repasaba los encuentros vividos por amistad, pura y dura, y al ir colocando las caras en orden, las nuevas, no podía de colocarles a los íntimos, las que tenían años atrás y caí en que por entonces, todos nos veíamos en el complejo de “asueto” de moda de los hermanos Sainz. 40 años atrás si pretendías estar al día, no cabía otra que personarse, cuanto menos una vez en la jornada, por SAMI. Recuerdo que estaba en una placita por detrás de la plaza Redonda y cerca del Mercado Central. SAMI, era un complejo total: la discoteca en los bajos, una primera planta con restaurante y en otra, el bar (hoy diríamos pub), en el que se citaba lo mejor de cada casa, dicho sin ánimo de ofender y en sentido peyorativo también. Los mejores ligues, de la época han salido de sus muros, y en eso de comerse “una rosca”, el que podía y sabía, o allí o en ninguna parte. SAMI, era el lugar imprescindible para unos jóvenes que comenzaba a destacar en sus tareas, públicas: negocios o ejercicio de la profesión, por variopinta que fuera. Precisamente allí, entable a mistad con Paco Arevalo y El Greco, hoy la sombra de Jesús, uno de los hermanos Sainz y dueño del negocio de moda del siglo XXI en la capital del Turia, el Pub CLASSIC, lugar de encuentro para los “chicos” de éste siglo de más de 50 tacos, los de menor cuantía en el almanaque, no los vi, y deduzco que se sentirán en ese sitio, tan extraños como un elefante en una cacharrería. A Jesús, le costo un pelín reconocerme, pero luego se le saltaron las lagrimas. Lo mismo que a mí y algún que otro testigo, tampoco hay que darle importancia tratándose de señores mayores, todos con las primeras orejas. Entre los reencontrados Jseús Barrachina, el maxi empresario hostelero, quien con su desbordante humanidad me confeso que solo ejerce de fallero -lleva mas de 30 años de Presidente de Matemático Marzal –Convento Jerusalen-, aunque se le escapó que para las relaciones institucionales, continua al pié del cañón, para el día a día los negocios los llevan sus hijos, para justificar mi gordura, dijo que los sastres usan unas telas que encojen y me puso al día en la muerte de dos amigos. “Tonín: el marqués y manzanita, ya se han ido”. El CLASSIC, es hoy para los asiduos, citarlos como “las carrozas de buen ver” el SAMI del siglo pasado. Cuentan, muy en serio, que hasta ligan, lo cual en más de un caso es un milagro. Jesús, el “massa, el patrón” continua igual, solo que hoy, si hay que servir copas lo hace sin problemas, ayudado por su encantadora mujer y una niña agradabilísima que les ayuda. La ciudad ha dado un cambio grande, los que la viven; mejor dicho, los que la han sabido vivir, continúan reuniéndose como entonces, han cambiado los nombres del local, pero ellos siguen siendo los mismos. Hoy son abuelos, pero con solo en el DNI, para el resto de sus acciones continúan como antaño. A todos a Antonio Soriano y a Pedro Castellanos,…… gracias por su cariño y afecto. Un abrazo, os espero en el sur.