Ésta página, nació para dar respuesta a una serie de buenos amigos que aseguran que se lo pasan bien con las cosas que escribo. Del “cuadrito” no hablo, aunque no desentonaría, entre lo que sale hoy; con toda modestia ¡garantizado!. Los nuevos, no me han enseñado nada.

Dije en su momento que no sabía si su interés estaba basado en el deseo, o en la caridad. A todos gusta que nos alaben, y a las seguidores de los productores de aucas, continuadores de los trovadores medievales y remontándonos antes a los mala milk de los bufones, muchísimo más. Si quiere que un comunicador le guarde eterna simpatía, cuando se lo cruce, dígale: “muy bueno lo tuyo”, se pondrá mas “lindo” que un pavo real en plena exhibición. Usted posiblemente no sepa el porqué; él, a lo peor tampoco, pero en su fuero interno ha sentido un “gustirrinin” muy especial. Ese día se sentirá el dueño del corral (la redacción).
La segunda causa, es la caridad. Quizás pensaron:”vamos a darle un poco de jabón a éste que ya está mayor”. Tratándose de compañeros de estudios, de oficio y artistas, es más que probable. Tan lejos como que ésta misma mañana, me lo recordaba, con rin, tin,tin, Teresa, de mi Editorial.

Mi sorpresa ha sido descubrir que son más de los que pensaba. “El contador, no engaña”. Y que antiguos amigos de otros países, se han acordado del compañero Toni, e inclusive, muchos nuevos profesionales han sentido curiosidad, por ver como lo hacían (dicho con toda humildad), las vacas sagradas del periodismo del siglo pasado.
La verdad es que con mis articulitos de vez en cuando iba matando la afición. Ahora me debo preocupar con que el Blog, tenga vida. Así que entre la página y escribir libros, ¡estoy ocupadísimo!.
Para que la página sea mas viva y resulte mucho más apetecible para el lector, les incluiré trabajos de otros compañeros que hablan y trabajan en nuestro idioma desde diferentes partes del mundo. Me gustaría que el blog fuera un pequeño referente para dejar claro que somos más de 400 millones de castellano parlantes.

A unos, a otros y a los de más allá, muchas gracias. Confío en no defraudaros.

lunes, 24 de diciembre de 2012

PARA UNTAR

La mantequilla es la base de la cocina francesa, se usa de la misma manera que el aceite en la cocina española. Ambos son productos básicos que conjugan perfectamente con todo y son lazo de unión de los alimentos. Con ellos se unta y juntan los sabores. Sucede que son pegajosos y se quedan en las manos o en los dedos. Los grandes chef los utilizan con maestría e inclusive los mezclan según en que recetas. Una sencillas sardinas de lata, colocadas sobre una rebana de pan tostado untado con mantequilla y adornado con unas gotas de limón y el propio aceite de la lata, se transforma en un apetitoso majar, por el norte un pincho sencillo y apetecible, en el resto una tapa igualmente deseable. Este ejemplo es ampliable a otras recetas de la cocina tradicional o de la minimalista que está tan de moda gracias a Ferran Adría y sus discípulos, o los otros “gorros” tan importantes como el catalán, para la Guía Michelin o para el resto de publicaciones especializadas que son el recurso de los buenos gourmets. Insistimos en uno de los principios de los elementos grasos reseñados, uno líquido y el otro presentado como compacto (sólido en el frío), pero que al final se pegan en las manos de quines los trabajan, con la misma facilidad. Es la norma de otras apetencias y dedicaciones, en otros sectores de la sociedad (o ¿suciedad?). Recuerdo a Cela, el marqués que mejor se trabajaba el cinismo en éste país y que poseía una mordacidad envidiable, con una prosa directa, gran sentido del humor y una lengua pecaminosa, me recordaba en una entrevista que el español tiene tendencia a quedarse con lo ajeno, a poco que se le den facilidades y con la misma gracia que definió al lavativa: torero de salón; me remitía al refranero, para abundar en su afirmación: “…recuerde que en el mismo se lee; que Dios me ponga donde haya que el resto ya lo haré yo… Luego de esto, no es necesario que siga con mi aserto”. El maestro gallego tenía razón. Aquí en cuanto te descuidas te meten la mano en la bolsa y si te encantas se quedan con todo. Para esos profesionales de vivir a costa de los demás, vale todo, pero son listos, lo que te quitan lo trasladan a una cuenta cifrada en un paraíso fiscal, hasta que los han “pescado”: Suiza y Linchestein; ahora en Barbados, Granada y la Islas Caimán. Uno que está “pelao como la mojama”, todavía tiene amigos con dinero y se puede enterar de cuales son los refugios de los pudientes. Mi nuera, empleada distinguida de Mascaros, me confesaba que también a ese alto nivel se nota la crisis y me describía el porqué: No es que no tengan dinero, que lo tienen y cada vez más. Lo que sucede es que por no hacerse señalar, si antes en la temporada se compraban tres pares de zapatos, ahora se conforman con uno. Por ejemplo en casa, estas navidades de turrones los justitos; pero en las mansiones de los políticos, sobrará de todo y mucho. ¿Sabían que el erario público debe a Caritas, 9 millones de euros?. La denostada iglesia, que con sus defectos le está quitando de encima a la “casta” el problemón, de dar de comer al hambriento, y dentro de sus posibilidades posada al peregrino. Tiene que soportar por amor al prójimo que se la desprecie y encima se le deba dinero. Ellos, la totalidad de los de la “casta” están al corriente en sus salarios, mientras hay empleados públicos a los que se les deben varios sueldos de atrasos. Con los ERES, hay patéticos políticos que echan a la gente a la calle y no les pagan los finiquitos, les hacen un reconocimiento de deuda. Incumpliendo la ley. Los españoles son tan buena gente que se conforman. ¿Hasta cuando?. Ese es el quid de la cuestión

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