POBRES GUARDIAS, LO QUE TIENEN QUE AGUNTAR

Uno que tiene su árbol genealógico repleto de militares y médicos, en ciertos momentos pretende ser crítico y justo con los altibajos por los que pasa la sociedad, sin olvidar sus principios familiares. A la vuelta de unas reflexiones, le entran ganas de salir corriendo; por una parte entiende que no es justo con los de la milicia y se queda corto con los seguidores de Hipócrates. O a la hora de apretarles las tuercas a los galenos, es excesivamente condescendiente con los de los uniformes. Como quiera que gracias a la paciencia de mi prima Juana, que ha tenido la humorada, dedicado tiempo y la paciencia necesaria hasta llegar a la conclusión que de ambas profesiones se ha nutrido nuestro patrimonio familiar hasta la armada invencible, donde se ha quedado por agotamiento. Lo que nos confiere cierto derecho ha ser severos a la hora de juzgar, la dilatada trayectoria familiar, en la que por excepción aparece la industria hostelera, las importaciones, la docencia y en mi caso, la rara Avis, del “chalao” dedicado a contar cosas. No se que dirían los antiguos, si tuvieran conocimiento de “lo que pasan” los uniformados de la familia en el siglo XXI, porque por no traicionar la estirpe haberlos ahílos. Entre los verdes, esos que para los que les conviene a los superiores son militares y cuando no, son civiles, los que para el pueblo soberano se quedan en: “los putos guardias” o “los picoletos”, hemos tenido dos recientemente: uno que se hizo famoso en la guerra de Cuba, y con el que en la guerra civil española, viejo retirado, al que los militares de aquellos tiempos le tenían “un más que respeto”; otro, mas reciente que junto en la bocamanga tres estrellas de ocho puntas, caballero donde los haya, severo cumplidor con su profesión y sin ningún sentido del humor, de eso último doy fe; se deben estar revolviendo inquietos en sus tumbas, al ver lo que les está sucediendo a los que les siguen, con el mismo uniforme verde, aunque modernizado hasta el extremo de perder parte de su personalidad. Los descendientes de los mozárabes, los tercios de Flandes, la fiel infantería, la primera infantería de marina del mundo, así como también la primera policía militarizada, mas conocida por la Guardia Civil, están tan venidas a menos que de los que fueron ejemplote los ejércitos modernos, se quedan en unas almas candidas que tendrían problemas con los más melindres de los ejércitos de naciones nuevas, y por lo que respecta a los guardias, se quedarían en putos recaudadores de hacienda. Los civiles de hoy o ponen multas, o se les reduce el salario. Los que los mandan han cambiado los principios del cuerpo que creó que Duque de Ahumada, por de de simples sancionadores. ¡Sin multas a ir justitos, a final de mes!. De aquello que las instituciones mejor valoradas por la población eran (tiempo pasado): la monarquía, el ejercito y a guardia civil, han quedado atrás. La jefatura del estado por culpa de la “familia”, todos sabemos en que condiciones se encuentra; nuestras fuerzas armadas por culpa de los presupuestos son una banda de amiguetes que hacen más de lo que pueden con los medios de que disponen y la Guardia Civil, es el brazo ejecutor de hacienda y de los poderes fácticos, misteriosamente les queda tiempo para “cazar” algún que otro “quinqui”, no todos los que quisieran, ¿pero …….? . ¿Cómo lo ven….Les gusta…….?. Son cosas de nuestros políticos. Como me han contado cosas del primero de los guardias de la familia que faltó antes de que yo tuviera consciencia y al segundo llegue a conocerlo y tengo criterio de cómo era. Me habría gustado saber lo que opinaban al respecto. Lo que piensa el tercero, es sencillo:¡ poder llegar a fin de mes, siendo honesto con el ciudadano. Si le dejan!.