UN BOTARATE QUE SABE MÁS QUE DIOS

Ahora que esta de moda la clausura, lo digo por el Conclave, mañana se cierra la puerta de la Capilla Sistina. Esto se ha convertido en exportable y de la Ciudad del Vaticano, se traslada a Cataluña, “lomos” de un sabio botarate que habla con más prepotencia que Rajoy. ¿Cómo se les queda el cuerpo?. El pajarito se llama Santiago Espot, y rizando el rizo, de manera clara y descarada, propone a sus paisanos de manera inconfundible y a voz en grito que boicoteen los productos españoles. La culpable es la “esencia” de ser o no separatista, está claro que el señor Espot, con nombre próximo, fonéticamente hablando, a un personaje de una serie del espacio que fue famosa en su momento en la tele, se siente mas protagonista que el actor de la “peli”. La enfermedad separatista ha caldo hondo entre algunos del Principado. El nombrado acusa a los españoles de mantener una lista de boicot de los productos catalanes y evidentemente esconde que Omnium Catalán, por ejemplo, hace años que tiene vetados a los productos de fuera de Cataluña y recomienda el uso exclusivo de lo catalán y no es el único estamento que lo tiene. Estos nuevos Mesías, no se dan cuenta que con su enfermizo odio a lo español, no hacen más que perjudicar a los catalanes, a la mayoría de las gentes que trabajan y defienden su “papeo” sin mirar el color político que tenga (el sustento y el hambre, no tienen partido). La fragmentación que están marcando estos personajes entre la propia sociedad catalana, es fatal, los principales perjudicados ellos mismos. Tal cual les decía ayer, mientras los piases de la periferia de la UE, las están pasando peor que mal y concretamente algunos vecinos de Portugal, apuntan sin ningún rubor que unidos a España, formando un solo país, les iría mejor para vencer la “ruina” de la crisis. Los santones rupturistas, salmodian con el separatismo como la panacea y la salvación de no se sabe que patria. Otra vez hay que nombrar “la pela”, en el fondo de la cuestión, la realidad es que los visionarios predican para obtener más y mejores diezmos, en sus bolsillos, no lo duden. Esa forma de comportarse tiene un nombre que es muy conocido: “fascista”, totalitarismo y dictadura.