EL PAÍS DE LAS ASTRACANADAS

Sorprendemos al mundo y nos quedamos tranquilos después de presenciar las mayores barbaridades posibles concebidas por la mente humana más perversa. Como la imaginación de estos tipos es exagerada y cursi, se encuadra en los que antes se llamaba astracanada. Y de barbaridad en barbaridad, igual que en el juego de la oca, y tiro por que me toca. Algunos de los políticos que padecemos, además, son alérgicos a los tribunales, que eluden de mil y una manera a cual de todas mas primitiva, imaginativamente hablando. El hecho de estar en la nómina perpetua de la administración, y ostentar un cargo de “jefe” le permite estar vacunado, eso creen, contra la maledicencia y la justicia. El mejor de los ejemplos es el comportamiento, irresponsable, así lo entienden muchos ciudadanos, del vicepresidente de la Generalitat, José Ciscar, que se permite la licencia de señalar que si alguien conoce alguna conducta reprobable de los políticos debe denunciarla y demostrarla ante los tribunales. Es tanto como reconocer que los que están en los cargos públicos mangoneando, son una banda de incapaces, sencillamente y recurriendo al último de los principios de una mala gestión, es que no detectan en “fallo”, no ya solucionarlo qe sería el primero de los puntos a tratar. Vaya al juez que ese me librara de la responsabilidad, es lo que se deduce, piensan estos señores y algo de verdad debe de haber como por ejemplo, se han librado los ex Matas y Blanco, entre otros. Me cargo una empresa pública por no saberla gestionar, prueba la RTVV, por ejemplo, y me libro de toda responsabilidad aunque esté el tema en todos los tribunales, incluyendo el de Estrasburgo. Las acciones del Señor Ciscar, ¿son o no una astracanada?. Y la sufren los paisanos que, maravilla de las maravillas, encima le pagan, muy bien por cierto, vamos como si lo hiciera rozando la perfección.