¿QUÉ SEPUEDE ESPERAR DE UN TONTO DE CAPIROTE?

Dicen que la mujer del Cesar, no solo ha de ser honesta, si no que tiene que parecerlo. Bueno en política diríamos que el político no solo ha se ser listo, debe parecerlo. Bien, nada de ello se cumple en el panorama de la sociedad actual. ¿Qué está contaminada?. Eso ya lo sabia hasta el niño de la guardería. Por lo tanto muchas de las cosas que hacen los políticos y que huelen “mal” -entiéndase por “cagadas”-, no sorprende al sufrido contribuyente, que pasa página después de acordarse de la progenitora del individuo. Como les hechos se repiten con asiduidad, imaginen en que estado lamentable queda la familia del “pavo” del nuevo oficio, con una ducha no se repera la limpieza necesaria. Aun con el conformismo a cuestas; no va a convertir uno las plazas de este bendito país, en las de Ucrania o Siria; aquí somos pacíficos y bien educados, con unas cuantas maldiciones y una retahíla de tacos, pasamos a la barbaridad siguiente, para despacharla de igual modo. Pero de vez en cuando el agua rebasa la olla, y Ya la tenemos liada, en el bareto y la tertulia. Reconozcámosles el mérito de su “burrera”, porque sin ella no se distraería el personal; es el caso del “amigo” Fabra, al que le ha salido escuela gratis, porque el Señor Presidente de la Comunidad Valenciana, se ha largado un buen “raje”: “ que era castellano hablante, porque pertenecía a una generación en la que se enseñaba en castellano”. Yo que pertenezco a la generación de niños de la “guerra”, si se valenciano, aprendido en Madrid, como rechazo al provincialismo con el que los del foro, señalaban a los demás. Estoy orgulloso de mi generación, y concretamente de mis paisanos, que como he escrito, pasamos hambre en contra de nuestra voluntad, en zona no liberada. Si los niños que sobrevivimos a la guerra, al finalizar esta solo queríamos comer arroz y patatas, seria por algo, simplemente porque no habíamos probado otra cosa durante tiempo. Si no nos quejábamos de la alimentación, menos por el idioma. Como éramos inquietos y con ganas de aprender, le “dimos” al valençia, hasta manejarlo con gracia. El chico de Castellón es cortito, ¿Qué le va hacer?. Si fuera inteligente callaría y aprendería rápido. Si listo, se valdría de mil artimañazas para `parecer que sabía. Peor como solo es, lo que es, pues eso……