ATROCIDADES

Uno no sale de los sustos, que se suceden desde hace un tiempo a esta parte con excesiva asiduidad, es como recibir la factura de la luz, u día si y otro también. Los vuelcos que da el corazón son peligrosos para la salud. Todos estamos viendo con espanto lo que está sucediendo en Ucrania, y el devenir de los acontecimientos en lugar de mejorar, empeora por horas. Si las imágenes que nos han ofrecido las televisiones eran duras y en ellas se han apreciado la bajeza de la condición humana y la maldad de alguno que se dice humano. No es todo lo que hemos tenido que saber. Un pueblo lucha por su libertad y demuestra al resto de los habitantes de la naranja, que están hartos de ser un número y estar sometidos al totalitarismo de unos sujetos que viven a lo grande, tal como se ha comprobado por sus mansiones y lujo contrastado, y que quieren mejorar y ser un poco más libres. Ya hemos comprobado la respuesta del calibre que ha sido; franco tiradores del poder establecido cazándolos como a conejos. La bota de Estalin, sigue presente en muchos de los continuadores de la política en aquellos países del este. Todos pensábamos, entre ellos yo, que por motivos profesionales he pasado tiempo en aquellos países, que tras la caída del muro de Berlín, aunque siguieran los comunistas rebautizados mandando en aquellos lugares, se adaptarían o simularían estar dentro de los límites de lo que se llama sistema democrático. Es lo mismo que pensar que aparentarían otra forma de vida más liberal, y que a la vez copiando de occidente les permitiría ser más ricos, tanto a su pueblo como evidentemente a ellos. Sabíamos de ante mano que para que mejorara la forma de vida de la población, ellos tenían que continuar “forrándose”, como ha sido. Los señores del partido, ahora metidos en eso nuevo que se llama “casta” y que tal cual se ve, es lo mismo en un lado que en otro del mundo. La clase política con tal de mandar y cubrir eso que llaman “la erótica del poder”,. Junto con llenarse los bolsillos a manos llenas, es capaz de cometer las peores barbaridades. Tengo relación con gentes del país invadido, digamos las cosas sin mascara, aunque estemos en carnaval. Y se que nadie quiere en Ucrania una guerra y que les duelen los muertos que han habido hasta ahora. La gente quiere paz, trabajo y subsistir, no esta por la labor de matar o que la maten y están horrorizados viendo como los pisan otra vez mas, lo vecinos de siempre. Kruchef, siendo presidente de la URSS, separo la península de Crimea de Rusia y la cedió a Ucrania; el dueño hacia y deshacía a su antojo, en aquella amalgama de países bajo la dictadura del proletariado; daba lo mismo que una provincia cayera de un lado o de otro; hay que recordar que trasladó a los oriundos del lugar a otras partes y lleno de rusos la península, que por tradición era lugar de asueto de los poderosos rusos. Por supuesto que los pocos tártaros que han regresado a su tierra de nacimiento son anti rusos, pero al día de hoy son minoría. Putín, lleva tiempo empeñado en recomponer la antigua URSS, bajo la tutela de la madrecita Rusia y no puede consentir que unos torpes provincianos se vayan de rositas de la “protección” de los rusos a las manos perversas de los europeos. El es jefe de la KGB, sabe como hacerlo. De entrada y pasándose por la entre pierna todos los tratados internacionales, ya ha invadido el país vecino y lo ha hecho a la chita callando, de ayer para hoy, aplicando el sistema de hechos consumados. Los otros países del mundo le amenazaran, lo censuraran y dirán que van aplicar medidas de castigo, el moderno zar, sabe de sobras que solo son palabrerías y que de aquí a un tiempo nadie se acuerda de la anexión. Pero la bajeza que aquí también conocemos esta en que el propio almirante en jefe de la armada ucraniana, ya se ha cambiado al lado del fuerte. ¿Traidor?. Que mas da, lo que importa es el bolsillo bien lleno. Y que no falte el Vodka.