LOS RECORTES, MAS MAL QUE BIEN

La pandemia de los recortes, parece que remite. O nos da esa sensación: ¿será porqué se la nombre menos….será. Podrá ser porqué hay otros asuntos a os que prestamos más atención, podrá…Sea la que fuera el motivo, sin dejar de tener la presente. La crisis, principio y fin de todas nuestras desgracias, esta en segunda fila del panorama de actualidad. Otras barbaridades le pasan por delante y enfadan más a los valientes ciudadanos que resisten atrincherados, los resultados de una pésimas políticas desarrolladas por la ”casta”. Con la clase política no estamos siendo justos, reprochamos los actos de los partidos grandes y no nos ocupamos de los restantes; estamos empecinados en las broncas que mantienen, nos cabreamos porque no dan solución a los problemas que nos ahogan, y pasamos al ataque cuando los personajes que viven como príncipes a costa de la caja común, se dedican a descalificarnos, haciéndonos de menos. Con las prisas solo miramos en rabioso hoy, dejando aparcado emporqué de las cosas y el orden de prioridades, ahora solo cuenta la indignación y el enfado, quizás por ello será bueno llamar la atención en otros temas que son de verdadera urgencia, por ejemplo: Más de 40.000 valencianos, dejaran de beneficiarse tras las medidas del Consell, contra el déficit. Las rentas medias pierden ayudas por hijos, familia numerosa o discapacidad. Y esto es solo una pincelada de la marcha atrás a la que se obliga a las economías domesticas. La situación de la alarma social a aumentado de manera exponencial, moviéndonos solo en las necesidades de la comunidad, otra sangría que no se cauteriza es la de la juventud, vean si no es para que suenen todas las sirenas, cuando sabemos que son más de 100.000 los jóvenes solo valencianos que han tenido que regresar con sus familias, por no poder valerse solos a causa de la crisis. Otra vez más repetimos los principales motivos: La falta de trabajo, la imposibilidad de acceder a una vivienda, en cualquiera de sus formulas, compra o alquiler y la inseguridad en la percepción puntual del salario, así como la fragilidad de la contratación frustran las en el país y que desgraciadamente por “sabidos” se omiten posibilidades de emancipación. Estos son los problemas reales que tenemos, cuando son una lacra en la vida de los ciudadanos. Los políticos pasan de todo eso, razones muchas, reales dos: a ellos no les incumbe porque no les toca; y la segunda, que mas les da si no la sufren en sus bolsillos. No es lo mismo conocer a alguien con cáncer; que sufrirlo uno mismo. La gente se interesa por el enfermo y te envía al oncólogo, pero hasta ahí su participación. Solo el que tiene la enfermedad se mueve y pone todas las ganas para salvarse. Los recortes promovidos desde dentro y obligados desde fuera, no han solventado la salud del país, no han sido una buena terapia, han sido el tratamiento equivocado que ha empeorado al paciente.