SEMANA SANTA A LA FRANCESA

Ya saben ustedes que los vecinos desnorte tiene fama de dejarse las puertas abiertas, cuando entran o salen a una habitación, eso hay que se lo “anota” por extensión a otros quehaceres de la vida. No se si con justicia o faltando descaradamente ala verdad. Nosotros seguiremos con “el dicho”. Antes de que se inventaran lo de la EU,. España ya era uno de los puntos importantes de recepción de turismo, por aquel entonces, próximo; se establecemos un escalafón diremos que lo encabezaban los franceses, seguidos de alemanes, suizos, ingleses y suecos, para cerrarlo los italianos, cuando consiguieron reponerse de su participación en la 2ª Guerra mundial. Los gabachos quizás recordando a Napoleón, tenían “querencia” por la piel de toro, con la pasión común por la “fiesta”, que pasados los años;¿Quién les tendría que decir que se quedarían solos en su defensa?. Lasa familias francesas cruzaban la frontera y recorrían el mal llamado levante español, como “Pier par ça mesón”: Desde la Costa Brava, hasta Cádiz, era raro no tropezárselos por las playas, como algo tan común como las propias sombrillas. Aquellos lodos, se consolidaron en los barros de los apartamentos, chalets y casas de pueblo de su propiedad. En poco tiempo se fueron formando “colonias” de francesas, ellos como es normal tenían sus preferencias, les gusto la Costa Brava, fueron abajando hasta Oropesa, Benicasim, Cullera, Gandia, Benidorm (por entonces un pueblo de pescadores de 2.500 habitantes), San Pedro del Pinatar, en Murcia y Verá en Almería, más tarde se instalarían en Tarifa, el paraíso del surf. Con el paso de los años y presionados por la economía, aquellos núcleos que fueron poderosos, se ha ido reduciendo y hay lugares en los que han desaparecido y donde quedan, son un grupo más de turistas, que en lugar de crecer menguan. Por ejemplo en Cullera, Gandia y el mismísimo Benidorm. En Cullera, y es un ejemplo, en mi edificio solo hay dos apartamentos propiedad de francesas. La casa de enfrente, estaba plagada de familias francesas, hoy quedan unas cuantas y sobran dedos para contarlas. A pesar de todo el turismo sigue llegando a nuestras costas y constituye el primer capitulo de ingresos que tenemos, hoy esta a la cabeza del tejido industrial y empresarial del país y Dios quiera que dure muchos años. Tengo pendiente una entrevista en profundidad en una televisión local, con un único tema el del turismo. Por lo tanto estoy recopilando datos que prometo no relacionarlos para no aburrirles y que no son para estar muy contentos, perdemos aceite igual que otros, los de los chistes, pero en estema que nos ocupa, no es para la chanza, es para preocuparse seriamente y corregir los errores, si es que saben como. En una situación de crisis tan dura como la actual, lo normal es que los que salgan, lo hagan a lugares habituales y especialmente donde se tienen posesiones: apartamentos, chalets o casas de pueblo en propiedad o de raigambre familiar. Cuado se va a visitar a los abuelos, se va apara dar la “gorrada”, se gasta lo preciso el combustible y poco más. Es tradicional de semana Santa, la ocupación de los hoteles y viviendas rurales, éste año son muchas las plazas que no se han cubierto. Se ha dado en doble fenómenos: por una parte los propietarios que no han venido; por otra los que normalmente alquilaban y no han dado señales de vida. Se nota en todo: en las tiendas de alimentación, en los bares, hasta en lo surtidores. Haciendo una broma diríamos que los franceses ( y se engloban todas las nacionalidades), éste año han salido corriendo, dejándose la puerta abierta de par en par. Por si faltaba poco las previsiones del paro, que manejan estos señores en lugar de bajar crecen, ya mencionan sin ninguna vergüenza más de un 27% de paro, con ese suelo ¿haber quien es el guapo que se atreve a tomar unas vacaciones?. Unos porque no pueden, la mayoría. Otros por miedo a salir y al regresar encontrarse el “sillón” ocupado o que no hay “sillón”. Muchos preparándose pera lo peor, la parada en el trasero, la calle. Como comprenderán los últimos no tiene alegría y los otros temor; ¿Quién se mueve por muy festivos que sean los días?.