HACIENDA, APRIETA, APRIETA Y “FABRICARA” MÁS PARADOS

Hacienda somos todos. Y un amigo listo dice: “¡eso lo será usted, aunque el “amo” es Montoro!”. El cordobés de nombre y nacimiento, dice y hace malabares, para que la gente se crea lo que dice, que es lo contrario de lo que hace; en eso no se sale de la norma del “buen político”, ni una “miejita”; lo tiene bien estudiado, tanto como saberse la lista de los contribuyentes mejor que la de los reyes godos, que nos aprendíamos de niños. Su control es magnifico, y a sus ojos, no se oculta nadie; el ministro maneja el listado y “el saca perras”, con más precisión que el camarero del bar de la esquina, el saca corchos. Claro esta quede tanto darle la vuelta al listado, lo tiene desgastado, como un periódico viejo. Los dineros del ministerio salen del famoso listado, en el que aparecen los trabajadores y asalariados del país, sin olvidar a los sufridos “abuelos”. Cara a elecciones, el ministro se quiere hacer pasar por bondadoso, y aunque le cuesta, “interpreta” (que no pone) un rostro de bonachón que resulta en realidad una mueca. Quiere vender al personal que baja los impuestos, cosa que no se cree ni él. Montoro, persigue los céntimos como un pachón a los conejos, no se le escapa ni uno. Y al que intente defraudar, lo “fríe”. ¡Aquí cotiza hasta Dios!.Y como hace falta más y más dinero, la presión va en aumento, con el magnifico de resultado del cierre de empresas y los empleados al paro, con lo que en lugar de pagar, los que pueden, que no son todos, cobran el subsidio de desempleo. Vamos un extraordinario negocio. Por supuesto, si sirviera para otra cosa, como el resto de los que viven del “presupuesto”, no seria político.