¿TAMBIÉN SIN IDENTIDAD…?

En la casa del pobre además de hambre, todo son amarguras. ¡Y vaya que es verdad!. De un tiempo a esta parte, salimos de mata mala, para caer en mata peor. Esto es un continuo sin vivir. De ser la nación más poderosa del mundo, tras pasar por mil y una situación caótica, nada buena, hemos vuelto a los reinos de taifas, con el pomposo nombre de autonomías, para como en siglos pasados, volver a las luchas entre ellas, olvidando que la unión territorial, costo millones de muertos. Hablábamos de la España, de, las tres culturas, como un ejemplo de civilización y relaciones humanas en paz. Eso queda muy lejos y dando la razón a los que aseguran que la historia, es cíclica, le mundo presenta una semejanza con el siglo XV, un norte de África encendido, el Islam, otro que no tiene nada que ver con aquel, envalentonado y en plan conquistador; si las cosas se repiten que hasta han establecido un nuevo estado: EI, con pretensiones de transformarlo en Califato, y su idea final es traerlo a Al Andalus, como comprenderán un propósito nada tranquilizador. Desde siempre se ha dicho que “donde estuvieres, haced lo que vieres”, sabia recomendación que invita a “pasar desapercibido”. Así cuando se visitan los pauses acabes, las mujeres occidentales han de colocarse un pañuelo a la cabeza y aceptar de buen grado las “costumbres” de las tierras en las que se encuentran, y si por circunstancias viven en ellas, asumir sin rechistar sus hábitos y normas de convivencias, por mucho que denigren al mismísimo echó de ser mujer. ¿Porque esos métodos quieren cambiarlos e imponerlos en los países occidentales?. En Cataluña, hay mujeres que pretenden hacer del Burka, una prenda de uso común y diario; no hay nada que rime peor con el independentismo, que las costumbres extrañas al pueblo donde se vive. Pues bien hay poblaciones donde se tolera y otras en las que se ha tenido que mojar la autoridad local, poniéndolas límite. Nos hemos enterado que un conductor de autobús, se negó a permitir el acceso a una ciudadana, vestida con semejante atuendo, el trabajador, con buen criterio, adujo a su negativa, motivos de seguridad. Bajo de una vestimenta de esa clase, se puede ocultar todo, y no es la primera vez que se atenta; las suicidas son un hecho contrastado y varios países de distintos continentes. Si en Francia, se les ha prohibido el uso público de esos ropajes, ¿por qué no se impone el mismo veto en España?. La permisividad es pésima consejera, véase si no donde nos ha conducido en otrops temas. Los españoles, hasta ayer, sabíamos quienes éramos…¿hoy, quien se atreve decirlo?.