COMIENZA EL VIACRUCIS DE PEPEÑO

COMIENZA EL VIACRUCIS DE PEPEÑO


Totalmente laico, por supuesto.
El Ministro de Fomento de José Luís Rodríguez Zapatero, y continuador en un supuesto próximo gobierno del “heredero” Alfredo Pérez Rubalcaba, por lo menos eso es lo que daba a entender él, antes que un malvado “chivato”, la dijera a un juez que: “a Pepiño, también le gustaba el “carrito” de los helaos”.
No conozco a nadie que esté dispuesto a despreciar un heladito, en plena canícula y sepan ustedes que en invierno, el “negocio de los helados” continua y con mucho éxito, el consumo de tan refrescante producto es poco menos que tradicional precisamente en los países más fríos, tales como Suecia, Noruega o Dinamarca.
Con ello pretendo justificar que hasta a mí me gusta. Lo que lamento es no tener amigos que me “inviten a un heladito de vez en cuando”, o tan dadivosos, como es el caso, dispuestos mandarnos el “carro completo” y no el que le robaron a Manolo Escobar.
El problema comienza si te cogen con el “carrito”. Se puede medio justificar un cucurucho de pistacho, los bolsos de la Barverá, pongamos por caso, pero el carro entero, repleto de mercancía, es más que sospechoso, salvo que vayas a merendar con una ONG, y lleves la intención de convidarlos a todos.
El ex beato y actual Ministro de la Presidencia, decía en la radio que pone la mano al fuego y que está seguro que Pepiño, no se ha comido el “helado”, estaría bueno que D Ramón, dijera que a su colega le vuelve loco el helado de moras, por el color moradito.
Yo le aplico a Pepiño, el beneficio de la duda hasta que se demuestre lo que le acusa su paisano, el empresario denunciante. Lo que me extraña es que el Señor Blanco no haya saltado como una fiera para decir que el que se llevó el carro repleto de “helado” fue el Partido Popular.
Como comprobaran todo esto hay que tomarlo a broma, porque con 5 millones de criaturas en el paro y más de 2 millones de pobres absolutos, repito, estás cosas te dejan mal cuerpo.
Lo malo que tiene, estar todo el día haciendo de Mouriño, y metiendo el dedo en el ojo ajeno es que un día aparece un tipo que se revuelve y lo mete en el tuyo, con el dolor que eso causa.
El Ministro portavoz ha dejado el listón del “acusica” muy alto, y ahora es normal que los otros quieran que se la aplique a él, el mismo rigor. Con razón, uno de los del partido contrario, al que no nombro para que no le siente mal el café al Señor Ministro, quiere que haga lo mismo que de alguna manera, el pescado presuntamente “en calzoncillos”, y sus compañeros palmeros le obligaron hacer a Camps; ¿lo recuerda Don José, el de los trajes?. Otro, que en contra de su voluntad presentó la dimisión, al igual que han hecho ya los dos acusados por la misma persona que lo señala a usted. Debe comprender por lo tanto que los “malditos” quieran que usted haga la propio, por un principio de ¿limpieza democrática. Si es que existe?.