Jamás pensé que un día tendría que escribir con el terrible regusto de boca con que lo estoy haciendo y menos verme obligado a denunciar que el Estado del Bienestar, con que hinchan pecho los políticos, es un “cadáver” que hace mucho tiempo huele y permanece sobre el suelo nacional sin enterrar.
Los que se van, son culpables en primera instancia de ello, ya veremos que hacen los que llegan.
La urgencia es quitar de en medio el “cadáver “, la ruina nacional que nos atenaza y amenaza con acabar, Dios sabe como y de que manera, las previsiones no son buenas.
Para ello, sobran “enchufados” y teóricos servidores públicos que en lugar de “servir” se sirven, para vivir como “obispos” medievales, mientras el resto de paisanos las pasa canutas y muchos ya no disponen de recursos para comer.
El segundo paso es terminar con las segregaciones oportunistas y mandar “al carajo” los separatismos y nacionalismos trasnochados de país de “quiero y no puedo”.
El tercer paso es el definitivo, o se crean puestos de trabajo para recuperar a los parados y a los jóvenes del primer empleo, o la bancarrota está “definitivamente servida”, con todas sus imprevisibles consecuencias.
Ya es público, notorio lo era hace tiempo, que el 25% de la población infantil de lo que era España, los niños y jovencitos encuadrados entre el año y los 16 “tacos”, sufre malnutrición, por falta de los productos básicos para su correcta alimentación.
Se culpa de ello a la crisis, que es un ente “amorfo”, un traje a la medida de quien lo utilice; cuando la realidad de la culpabilidad habría que achacarla al desgobierno, y los errores en cadena de los partidos políticos únicos responsables de los males que sufre éste país.
Según las organizaciones de ayuda a las familias necesitadas, la cifra irá en aumento con el paso del tiempo, puesto que el causante principal del “mal” es el paro, la falta de trabajo entre los miembros de las familias, y que está previsto vaya en aumento, el próximo año 12, salvo que se produzca un milagro.
Según las ONGs, de referencia como consecuencia de la creciente pobreza, las familias no pueden comprar, carne, pescado y el resto de alimentos para una dieta equilibrada, lo que facilita que los menores sufran del dañino desequilibrio alimenticio.
Está es la España, o como se llame ahora, que deja Zapatero, y que además nos veremos en necesidad de lidiar, con las “fugas” interesadas de los separatistas.
El arrimar el hombro es cosa de todos y la solidaridad también. ¡Ya está bien del Estado de las dos velocidades!. Si somos pobres lo somos de norte a sur y de este a oeste. ¡Todos sin excepción!. Y sacar el país del caos en el que está inmerso, es tarea común, sin excepciones.
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