¿QUIEN NOS CREE…?

La recuperación económica del país esta en función de la credibilidad que merezcamos en el exterior. En éste momento el mercado internacional y nuestra balanza de pagos, está totalmente desequilibrada, sencillamente porque no compramos materias primas, que también, lo primordial es que somos consumidores de dinero, que luego hay que devolverlo con los intereses correspondientes. Es decir somos clientes de los banqueros, pero no de los de ventanilla y manguitos, de otros mucho peores, los especuladores, que siempre juegan con ventaja, porque mueven el mercado de acuerdo a su conveniencia, son los que disponen de las agencias a su gusto, por una razón de peso, son sus dueños. Luego del desgobierno socialista y su fracaso en la política económica que nos metió en el foso de la deuda galopante. El presidido por los del PP, no ha solucionado el problema de nuestras deudas, las ha agravado, la prima de riesgo que estaba a alta con el final de Zapatero, se ha colocado imposible, por las nubes, con Rajoy, él mismo lo dice necesita continuar endeudándose para poder hacer frente a lo que debemos más los intereses. Para que las cosas las entendamos a nivel de hombre de la calle, hasta la aparición del Euro, el Banco de España, tenía la maquina de fabricar el dinero y a costa de la inflación n podía cubrir esas necesidades. Hoy, la fabrica de la monada y timbre, se dedica a fabricar sellos y billetes de lotería, en lugar de dinero. El que lo tiene es el BCE y ya estamos viendo que no suelta , uno. Luego hay dos problemas: uno, el grado de fiabilidad que les merezcamos a quienes juegan a enriquecerse con nuestra deuda; dos, la sensación de firmeza que aparentemos. Con un país no solo en banca rota, además dividido y con parte del mismo declarado en fuga, ¿Quién se fia?. Para colmo de males, el espectaculito de ayer en el Camp Nou, con la broma independentista que vieron todas las televisiones del mundo, se calcula que entre 40 a 50 millones de telespectadores. Se ha filtrado que hasta el Rey, que es una persona muy moderada, levanto la voz en Barcelona, hace unos días, a cuenta del independentismo. Los cernícalos que mandan, sin excepción de la clase, pertenezcan al partido que sea, son para el resto de españoles “un regalo”, lo que en otros tiempos se definía como “una cruz”. Están en el tercer lugar de la preocupación de los españoles y cada vez más desacreditados. Parece que gobiernan por impulsos y urgencias y sin medir las consecuencias. Los del espectáculo ¿han tenido presente la difusión de su barbaridad y la repercusión negativa de la misma a corto plazo en nuestro turismo, hoy la principal fuente de ingresos, en Cataluña también?. Con estas gentes solo se pueden esperar desgracias.