¿PORQUÉ LA URGENCIA PARA METER EN LA CARCEL A LA PANTOJA?.

Y lo más preocupante que si provoca una gran alarma social, la gran difusión que los medios de comunicación están dando al tema Pantoja, especialmente los dedicados a la “crónica” social, en los que se aprecia un autentico interés en que la tonadillera se vea “entre rejas”. Todo esto que se nota está preparado, dispara las sospechas que el hombre de la calle, ya tiene sobre la necesidad de presentar “carnaza”, con la que tapar los casos de corrupción de los políticos que sin distinción de partidos están metidos en casos horrorosos y que pone a los ciudadanos en estado de depresión e impotencia permanentes, lo que todavía enfrenta más a las “casta” con el ciudadano que les paga. Está claro que la justicia, se está relamiendo de gusto ente la posibilidad de meter en el “hotel Trena”, a un personaje público de la máxima relevancia social. Hay que suponer que los de las “puñetas” habrán tenido presente que el españolito de alpargata, esta ojo avizor sobre los acontecimientos que se están sucediendo a velocidades de vértigo en éste país. Los millones de españoles que habitan en España, o lo que queda de ella, no comprenderían que existieran en este momento distintas varas de medir, o aplicar las layes “al gusto”, como en un restaurante de los caros. ¡Caiga sobre Doña Isabel, el rigor de la ley, y que los políticos de Cataluña, que se “ciscan” en los fallos de los tribunales se salgan de rositas, igual que los pringaos de los políticos y sindicalistas que durante años se han beneficiado del dinero de los contribuyentes, metiendo descaradamente la mano en la caja de todos. Como tampoco entiende de las blandenguerías del poder con los que incitan a faltar a la ley y miran hacia otro lado, con la fiebre independentista, que no hace más que tapar la corrupción de los partidos catalanes especialmente en sus dirigentes. Ojo que podemos caer en agravios comparativos, de gravísimos resultados y con una repercusión internacional degradante para el país, mermando más y más, la ya raquítica credibilidad del mismo.