CUANDO ESPAÑA SE HUNDE, ALGO SUYO SE HUNDE SEÑOR CONDE

Esta mañana en el ambulatorio, me he tropezado con mi amigo Pepe, el conde, tieso como la mojama, como corresponde a u noble español que se precie en éstos tiempos. Pepe, es una persona culta, inteligente y preparada , que corta el cupón de jubilado y que pasea su calvicie por el barrio, donde tiene un chalecito modesto, en el que vive , ejerce de jardinero del mismo y lee en despachito repleto de libros. A mi vecino el conde le pierde su “tendencia” a la derecha. Lo traigo aquí como consecuencia de algo que he descubierto y es que los tradicionales de derechas, están con el PP, ha pesar de Rajoy. Eso es peligrosísimo para la limpieza política de éste país. Lo peor es que como Pepe el conde, hay muchos en éste país dispuestos s justificar las barbaridades del partido en el poder y de su jefe en la Moncloa. Le he saludado con guasa: “Vota a Rajoy” y con ara de serafín me ha dicho que: “lo está haciendo bien”. La respuesta ha sido: “Pepe, estas hablando conmigo”. Se ha enfadado y a empezado a sacar todos los males del país con especial en cono para Zapatero. Evidente que ahí hay poco que replicar, salvo reconocer que tanto el ZP, como Marinico el gallego, son dos regalos apocalípticos que como castigo nos enviaron desde arriba, pienso sinceramente que por muy malos que hayamos sido, el que todo lo puede se ha pasado. Muchos otros españoles, unos por mido, otros por acomodación y la mayoría por aplicar aquello de: “que me quede como estoy”, justifican al gobierno, por muy calamidad que éste sea; son los que lo respaldan en las encuestas de intención de voto. Con lo cual hay que llegar a la conclusión que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. Están en contradicción permanente con lo que expresan en las tertulias, coloquios y corrillos, en los que maldicen a los peperos y restantes socios de otros partidos. Por mucho que exista una minoría de gente capaz e inteligente que llame al pan, pan y al vino, vino, esa no cuenta para los prepotentes del poder. Somos la minoría sufridora. Por eso al final le he dicho a mi vecino el conde: “Pepe, cuando España se hunde, algo suyo de hunde señor conde”. Se ha marchado sin despedirse, ya se le pasara….