LA “CHINA” EN EL ZAPATO

Todos sabemos lo incomodo que es, caminar con una “zinca o china” en el zapato. ¿Quién se ha librado de que en alguna ocasión se le colara una piedrecita en el zapato?. Moverse con ella en los pies resulta de sacrificio samaritano de semana santa, o de los antiguos cilicios con los que se atormentaban los monjes y las monjas de clausura, una costumbre absurda que el Vaticano ya ha eliminado, puesto que ello no enorgullece al Todo Poderoso, al contrario el de arriba se pone más contento cuando se aplica otra norma, la de: “a Dios rogando y con el mazo dando”. Hacer el bien, comprometerse con la sociedad en la que se vive, aportar cosas en beneficio del prójimo, satisfacen más al Altísimo, que andar con un hiero metido en las carnes. La dichosa piedrecita, atormenta hasta que consigues desprenderte de ella. En éste momento andamos todos los españoles Copn mas de una metida en los zapatos. Así por ejemplo el Rey, el primero de los españoles tiene una que le da muchos problemas y que se llama Urdangarin. Gallardón, el ministro devaluado tiene la suya que se llaman los jueces. El gobierno, tiene una cantera; se saca una y se le cuelan tres. La que mas le pesa es la de la “casta”, es decir rizan el rizo, hacen lo más difícil todavía, del espectáculo circense, el triple salto mortal sin red: CIU y ERC, el descrédito, el tormento del descontento general que sube y no se para, la falta de entendimiento con los otros partidos, la prepotencia y el enfado que va a por ellos. La calle ruge y no se calla, su murmullo convertido en grito, aumenta por días. El españolito, se mira los bolsillos vacíos y observa pasmado el aumento del coste de la vida desde primero de mes. Todo sube menos su pobre soldada, el que tiene la fortuna de cobrarla. Se pregunta: ¿hasta cuando…?.