REFLEXIONES EN TORNO AL CUMPLEAÑOS REAL

D. Juan Carlos, cumple 75 años; soy mayor que el Él, ocho meses menos tres días. Hermida, le preguntó que nombre le pondría a nuestra generación, a la que SM, bautizó como “la de la libertad”. Con todos los respetos me quedo con el nombre ya conocido de: “la generación del Rey”. Me resulta un nombre mas calido, mas de nuestra época y sobre todo que responde a la importancia de esa generación que lo ha hecho todo por mejorar España y que llegó tarde a todo las prebendas, grandiosidad e inclusive al bienestar, cuya realidad corresponde a las generaciones siguientes. La nuestra fue la del sacrificio continuado, comenzamos pasando hambre al final de la contienda y años siguientes, hasta lograr el inicio de la normalidad social con el seiscientos. En tono jocoso, la he descrito como: “la de los niños famélicos que pasaron hambre, en contra de su voluntad, en zona no liberada”. Nacidos en guerra, dimos los primeros pasos en una dictadura y terminamos la mayoría de edad, con una dicta blanda y una España, reconstruida y entrando en el circulo de las grandes naciones de occidente. El Rey, reconoce que heredó de D. Juan, conde de Barcelona, al que de haber llegado al trono le hubiera correspondido el numeral de Juan III, su amor a España, a la total, a la eterna, a la de los Reyes Católicos, sin divisiones y sin resquicios. Así como que ha querido ser el Rey, de todos los españoles. Empeño le ha puesto, ha trabajado sin descanso para lograrlo, otra cosa distinta es que lo haya conseguido y tal como se han desarrollado las cosas, le faltó el “casi”. Su generación, nuestra generación, le respondió afirmativamente al 98%, queda fuera un 2%, de resentidos irreconciliables, comprometidos por intereses nada claros y con la sangre envenenada, en contra de todo lo que signifique cambio y avance social; son los que están a favor de mantener las dos Españas y que hoy se frotan las manos de gozo al ver que aquel imperio donde no se ponía el sol, se está resquebrajando, como una vela de barco, se parte por la fuerza del viento de un gran temporal; ellos son ese temporal que lo arrasa todo. El trabajo destructivo de ese pequeño porcentaje, en estos 37 años de reinado, ha podido con todo lo bueno que se ha logrado gracias a la corona. Las generaciones que han vivido en el bienestar total y que por supuesto no conocieron los tiempos verdaderamente terribles del racionamiento y el pan y patatas, como alimentos básicos de la sociedad trabajadora, le responsabilizan a Él, de la crisis y de la pérdida de comodidad. Cuando eso no se corresponde con la realidad, la verdad es otra y otros son los auténticos culpables. La “casta”, la clase política es otro de los problemas que D. Juan Carlos, señala como preocupantes. Los manipuladores que manejan el poder, sin distinción de siglas y que solo se mueven al ritmo de sus particulares intereses, se escabullen ante el pueblo y les viene muy bien que desde las minorías, se mueva la ola en contra de la monarquía. Si van contra la realeza, no los señalan a ellos. Hoy, muchos de los que no han dado “un palo al agua” en su vida y que viven enquistados en la política, fomentan los errores que salen de la Zarzuela, para conseguir sus propios intereses, todos ellos relaciones con como ganar más. Son los insaciables “chupadores de piragua”. El CIS, dice que el Rey, tiene la valoración mas baja desde que se restableció la monarquía en España, su popularidad solo está respaldada por el 50% de la población. Las malas maneras de alguno de los que están en la “casa”, ayuda al desprestigio que quieren airear, mientras que por todos los medios a su alcance, tapan los muchos logros del Rey, gracias al que disponemos de una monarquía parlamentaria modélica y a la vez barata, como Jefatura del Estado, mucho más económica que el sistema republicano y sobre todo menos corrupto, a pesar de los pesares. Posiblemente el caso Undarjarin, sirva de ejemplo a los demás, será el primero que devuelva el dinero que no se llevó limpiamente, mientras que estamos hartos de ver como los otros, pillados con las manos en la masa, se pasan unas vacaciones pagadas por el estado, en el hotel “Rejas” y se quedan con lo robado. ¿Conocen el nombre de alguno que haya devuelto un solo céntimo de lo que se apropió?. Nosotros formamos la generación de los leales a la monarquía, a la que damos a la que reconocemos sus logros. Los otros son la corte de los aprovechados, que traicionan hasta a sus propios correligionarios y solo quieren un “río revuelto”, por que hay “ganancia de pescadores”, para esos solo vale lo corrupto. Cuanto más malestar exista mejor para ellos. Señor, felicidades y siga SM, muchos años defendiendo y trabajando por éste pobre país. Los de su generación, si se lo valoramos y agradecemos.