TAPAR EL CULO

Antes se decía cubrir las espaldas, pero la frase ha quedado obsoleta, ahora los modernos son más gráficos y han acuñado lo de: “tapar el culo”. Le pregunte a un jovencito de donde provenía, o como habían sacado la sentencia y me replico que no estaba seguro pero suponía que estaba unido, a la frase hecha de “perder el culo”. Desde que se ha puesto al corriente lo de la salida del armario, “el culo” ocupa el primer plano de la actualidad, tanto para uso como para costumbre y recuerden que las sentencias, como el refranero, son folclóricas y costumbristas. He comentado en más de una ocasión que en tiempos no tan lejanos, a los aduladores y esclavos del poder, se les llamaba “pelotas” e inclusive se les numeraba, de menor a mayor según su importancia ante los jefes; era más importante, por ejemplo, el incluido entre los miles que el de la decena de millar, y éste mucho más trascendental que el de la centena de millar, así sucesivamente. Vuelvo a recordar con una sonrisa de complicidad a los grandes magos del humor: Chumez, Gila, Mihura, Acevedo, Iglesia, Tono etc. En la época de la dictadura de D. Paco, no era fácil salirse del redil y estos lo intentaban cada día. Recuerdo una ecuación que decía: Bombín es a Bombón, como bombón es a X y a nosotros nos importe 3X, que nos cierren la redacción. Para el gusto de hoy humor Light, para su tiempo, avanzadísimo y con la censura de Arias detrás, de chapeau. Hoy los jefecillos se pasan la mayor parte de su tiempo, tapando culos, porque por lo visto hay a quien no le gusta y el insensato se destapa sin darse cuanta del peligro. Prepotencia, tienes nombre de mujer fatal. Aquí en el Sur y mas concretamente en el ISS, hay un pelota que está tentando la fortuna y terminaran rompiéndoselo, es de los “alimañas” y conozco a más de uno que le tiene ganas. Su jefa va por la oficina con los pañitos calientes, un día no estará y le pondrán el trasero al pelota, como un bebedero de patos. Él se lo habrá buscado. Lo peor es si después de le experiencia no le gusta. Es como el chiste del niñato, que llega a su casa y le dice a su padre: “Papa, he tenido mi primera experiencia sexual”, el progenitor le dice: “¡Ah, si..?.Siéntate y cuenta….La respuesta es aplastante.”¡No puedo!”.