CONTINÚA LA ESCALADA EN CONTRA DE RAJOY

Al gallego solo le falta Bárcenas, para terminar de colocarle el listón de la continuidad a un precio inalcanzable. No es por la actuación, que a los ojos de los votantes ha sido pésima. Súmenle que la mayoría de los que le llevaron a la Moncloa, con la “mayoría absoluta” se sienten engañados. Pongan un nuevo sumando, el paro, la carestía de la vida, con una subida que ha hecho mucho daño en las empobrecidas economías de los contribuyentes. El disgusto general es grande, en todos los estamentos sociales excepto, claro está, en los beneficiados por su partidismo, los del carnet en la boca y los amigos que se han beneficiado de los que están hoy arriba, mientras que los del recambio juegan al desgaste, ¿que otra cosa pueden hacer?. Saben que están marcados, por su paso anterior por la Moncloa y lo que intentan evitar es que la gente recuerde que en parte la situación de penuria por la que pasa el país, es su culpa. Lo mejor para ellos es fomentar la algarada, y recurrir al manido: “y tú mas”. ¿Que cosas constructivas ha aportado para la solución de la crisis el PSOE?; nada más que dejar claro que están en franca decadencia y que el otro hora fuerte PSC, coquetea con el separatismo. Los nostálgicos de la izquierda, que aunque parezca cosa del pasado todavía existen, olvidan los casos de corrupción que se han dado en sus partidos de referencia y corean los viejos slogans en los que ni ellos mismos creen. La calle es la que hace de conciencia para tirios y troyanos; se comenzó por las protestas que han ido subiendo en número con el paso de los meses, hasta llegar a un grado de agresividad que es preocupante para los ciudadanos. De la protesta por temas concretos, estamos en el siguiente escalón al que tendrían que tener presente los gobernantes. Hoy en las pancartas y las voces se pide de forma clara la dimisión de Rajoy. Luego no ha convencido co sus alegatos, ni tampoco le queda un ápice de credibilidad para los paisanos Quien miente y falta a su palabra, poco o nada debe esperar de los demás. Como diría José María García: “¡Ojo al dato!”.