INTRUSISMO FORZOSO

Lo que se “estila” en la sociedad de la alta tecnología, es el intrusismo, algo que ha estado denostado por muchos tiempo en el siglo anterior, e incluso en ciertos momentos perseguido, y ahora aceptado como la cosa mas natural del mundo. Hay muchos ejemplos de notoriedad a los que recurrir, pero algunos tan señalados que han formado costumbre, así por ejemplo, nos encontramos con los mayores “tuerce botas” del universo mundial, metidos a político, de los resultados estamos todos escamados, pero lo toleramos. Otro tanto pasa en las televisiones, con la cantidad de profesionales que hay en el paro, se recurre a gentes que no saben hacer la “o” con un canuto para presentar los grandes programas, uno de los mas señalados es el Sálvame diario, al frente del que han colocado a una enfermera que ha llegado a las tablas por resultar graciosilla contando chistes y que por desconocimiento, se dedica a hacer de menos a los invitados e insultar y gastar bromas soeces a los compañeros, algunos de demostrada calidad en el oficio. ¿Qué hacemos con los miles de titulados en Ciencias de la información. Que salida tendrán los jóvenes profesionales, con esa formas de entender las cosas de los nuevos “amos” de las cadenas?. Pero como esas son batallas ya perdidas, pasemos página y vayamos con “la última de lo último”. Lo más “in” es convertirle a usted, en “intruso forzoso”, en contra de su voluntad. Es público y notorio que se acerca a su banco, y el señor o la señorita del mostrador, le dice con aire autoritario: “esta operación la tiene usted que hacer por el cajero”. Evidentemente, cuando abrió la cuenta nadie le dijo semejante obligación. Y menos, que se convertiría usted en empleado “gratis” de Botín, González, o como quiera que se llame el impresentable que se lleva los millones a espuertas y dirige la entidad financiera. Esa forma de proceder se ha extendido a cualquier otro tipo de empresas. Tengo una HP 1.050, nuevecita que no funciona, he llamado al servicio técnico y el empleado se ha empeñado en darme ordenes como si yo fuera un técnico de su empresa, con la obligación de conocer los secretos de la maquina. Hemos terminado mal, porque se ha enfadado muchísimo cuando le he hecho ver que era cliente y no empleado de HP. Para que lo comprendiera le he preguntado, si él sería capaz de escribir un libro. Exigencia por exigencia……….. Eso mismo sucede con la luz, o con cualquier otra compañía, donde el que toma el teléfono, pretende reconvertirlo a empleado a su servicio. El tema se ha extendido alarmantemente, hasta el servicio médico de urgencia, donde usted llama para dar cuenta de una emergencia sanitaria y su interlocutor, le examina de medicina. No hace mucho tiempo tuve necesidad de recurrir a ellos por una enfermedad grave de una persona mayor y la doctora que me tomó el teléfono se empecino en que yo supiera tanta medicina como ella, hasta que enfadado le dije que si fuera capaz de responderle, no la habría llamado. Intrusistas involuntarios, uníos……. ¡Haced valer vuestros derechos!.