CON AMIGOS HAY TRBAJO Y BIEN REMUNERADO

No se preocupen el problema del paro está solucionado. Solo tiene que tener un amigo político de los que mandan. ¿Qué usted es un ciudadano normal y carece de “conesçensas”?. Sin contactos esta en la lista de los aspirantes a emigrante, si es que quiere trabajar. O a continuar rompiendo zapatos repartiendo curriculums y con suerte a poner la mano esperando que papa, mama, o los abuelos, estén por la labor de echar una mano y puedan desprenderse de algún “pavo” con más o menos esfuerzos. La solución es sencilla, tiene que “arrimarse” a uno de los 450.000, de la profesión de político. Si saca la calculadora el calculo de posibilidades no es tan descabellado. También es cierto que hay que tener estomago y servir para ser un vil pelota, para lo que todos no son útiles, y otra partida no se prestan a ello. Aquí, en la tierra de las flores, del perfume, las fallas y de Rita Barberá, se cumple el chiste del recomendado al pié de la letra. El Valencia CF, por fin ha logrado deshacerse de Manolo Llorente, y con el porvenir más incierto que el de un negro del bueno, bonito y barato, o el de un funcionario por oposición en cualquiera de las empresas públicas, ha cambiado entronizando en el sillón a un tal Salvo, (POR CIERTO QUE COBRA EL NUEVO PRESIDENTE. Nadie ha mencionado nada al respecto y los valencianos estaríamos felices si nos lo dijeran; ¿o es que es como los antiguos que no cobraban y además se jugaban su patrimonio?. Si fuera así, volveríamos a creer en los milagros. A cantarito nuevo agüita fresca, dice el refrán. Y siguiendo con la partichela, viene la gente nueva. Lo primero es nombrar el Director General, es decir “enchufar” a un amiguete y que se “forre”. La deuda, el problema de la terminación de estadio, que no hacía ninguna falta; la venta de los terrenos del viejo Mestalla, con lo que la entidad caminaría tranquila, que esperen. Lo mismo hay que decir de la plantilla para el año siguiente. El nuevo capitoste ha colocado –ganador- a Luís Cervera, que era el responsable de la fundación municipal de deportes, algo que se parió, en tiempos del llorado Paco Gandia, y de la absoluta confianza del concejal Cristóbal Grau. ¿Siguen el hilo?, tirando de él, se llega a conclusiones lógicas. Lo bueno para mí y si queda algo para mis amigos. Ya lo saben todos a mover los enchufes, al final hay un sueldo suculento. Ya conoce la formula, luego no se queje.Si quiere “curro”, ponga un político en su vida.