GUIRI EN CASA

Es un sentimiento desagradable, algo que te da la sensación de estar haciendo el ridículo. Parece que la gente te mira con tono compasivo y al final uno termina estallando. La sanidad valenciana, en tiempos de las mejores de España, cuando este país todavía lo era, no el rescoldo del Estado de las Autonosuyas, o lo que es más raro, Estado Español. En mi tierra he comprobado que ser o sentirse español, esta mal visto, lo “in”, lo moderno es ser valenciano y hablar el idioma autoctono, aunque se “peguen espardeñaes”. Uno de mis sobrinos, un chavalote con dos carreras superiores es uno de los “aposteles” de valençia a soles. No ha medido las consecuencias hasta que al final se percatará que lo que hace es reducir su campo de posibilidades, en todos los sentidos y especialmente en lo laboral, que estando las cosas como están es para ponerse a llorar. Hay otro ejemplo próximo y que me perpetúa me impide que lo comente en público. Otra de mis sobrinas, tontea con un chico encantador con la carrera terminada y en paro, para no desentonar. El otro día comprobé que no sabe hablar castellano. Es titulado en docencia, con lo cual su campo de acción se circunscribe a la comunidad valenciana o a “las gracias” de los primos del norte, que por descontado son los mejores en entonar el “nosaltres sols”, por lo tato lo tiene mas que mal. Hoy creo que por mediación de papa, que es amigo d alguien de la restauración comenzaba un trabajo de camata, por tres meses de verano. Español y castellano parlante, un tipo extraño para los paisanos, pero para la inseguridad social: ¡rarísimo!, encima pasa temporadas en el extranjero, por su “santa” vive temporadas largas en Andalucía, algo incomprensible en la tierra de Sorolla, que está tan de moda fuera, de Blasco, Ibáñez (no confundir), del maestro Serrano y de Montaner, por citar unos pocos de los que han hech cosas que han trascendido y que se sentían muy gusto siendo españoles y valencianos. Como uno es un jovencito de más de veinte años, de vez en cuando necesita de los servicios de l reparador de chapa y pintura, como dice Su Majestad el Rey. Por eso me fui a apuntar a la Sanidad y allí me enviaron a un ambulatorio para guiris, donde recibí el trato como tal hasta que celadora descubrió que mi parienta era de su quinta y se conocían del colegio. Resulta que en mi tierra donde tengo casa, no me puedo dar de alta para tres o cuatro meses, hay que ir mes a mes a que te hagan la tarjeta nueva, con las correspondientes molestias, viajes, aparcamiento –en verano imposible- colas, etc. Y después las citas te las dan para tres o cuatro días de demora, como se ve todo facilidades. E terminan las medicinas o las compras, si el farmacéutico te las quiere dar sin receta o te mueres. Da lo mismo, porque la explotación sanitaria de la Ribera está en manos privadas y es un negocio que hay que hacer rentable. De acuerdo con la ley, quien este en un lugar más de un mes, tiene derecho a que le asignen un médico, lo que no interesa a la sociedad que lleva la sanidad; conviene que el paciente no aparezca como fijo, de esa manera no tiene derecho, dicen, a galeno fijo. Total puteo continuado y molestias. Los doctores de siempre, están que echan las muelas porque no existe el criterio de atención sanitaria, como antes, ahora todo son pegas y se les llama la atención hasta si “despachan” demasiadas recetas a juicio de “comisario” que les han puesto. Viva Rajoy y los populares. ¿Aún quedarán tontos capaces de votarles…?.