EL GOBIERNO, CONVIERTE EN “CERNICALOS” A GENTE SUPUESTAMENTE PREPARADA-

Además de manipuladores, son capaces de hacer lavados de cerebro, de otra manera no se entiende que gentes “supuestamente” preparadas, rayen por bajo del cero en sus conclusiones mentales. Salvo que el precio haya sido un “bocato de cardinale”, entonces habría que aplicar lo de “por dinero baila el perro”, en ese caso, punto en boca- Recuerden que por muy honesto que se sea, todos tenemos un precio. Los “zoquetes” aunque se demuestre lo contrario; ¿saben que ha menores ingresos, menos recaudación de la haciendo pública en impuestos?. Para esta perogrullada, no hace falta recurrir a ningún sabio. Si la intención de los señores de “la casta” es llenar el país de indigentes, puesto que de pobres ya está saturado, ¿ de donde van ha sacar el dinero de sus suculentos sueldos. Como cobraran los llamados “sabios” que “por los hechos” son todo lo contrario?. Si estos últimos se quedan co la mano extendida esperando la recompensa y no llega, lo tendrán mas que merecido por “torpes”. Pero y los de “profesión político”, ¿Qué?. Hay que estar de acuerdo con Rubalcaba, aunque solo sea por una vez y sin que sirva de precedente- Don Alfredo tiene razón cuando dice que no es de recibo, aprovechar un hecho puntual y transitorio, como son los más de seis millones de parados, para cargarse las pensión y empobrecer mucho mas a los abuelos- Todos los españole están esperando que la banda de aprovechados, en vez de fastidiarlos tenga u detalle y se quiten de en medio, unos cuantos que sobran, pero eso no lo verán nuestros ojos. Ahora bien que tampoco les extrañe que esto salte por los aires. El pueblo manifiesta con “gestos” muy claros su descontento. ¿Por qué en lugar de trabajar para quitar, no lo hacen para crear empleos?. Con solo, un millón y medio mas de cotizantes. Menos gente en el paro, el problema de las pensiones no existiría. Está demostrado que estos solo piensan en su dinero y su bienestar, el del prójimo les tiene sin cuidado. Por ello se tendrán que atener a las consecuencias.