DONDE HAY MICROFONOS NO SE HABLA

Los que mejor lo sabemos somos los profesionales, porque por desgracia, algún día nos han cogido “fuera de juego”. Unas veces la “pifia” ha sido graciosa, otras no tanto, y en ocasiones comprometida. Sobre el tema hay muchas anécdotas, por supuesto que yo tengo las mías, en plural, quizás la mas divertidas, o así lo entiendo yo, fue cuando íbamos a grabar en un estudio herméticamente cerrado, cuando solté la parida del viejo concejal valenciano, lo de Temístocles (“Como dijo Temístocles al pié del Monte Parnaso: ¡a mamar, che, a mamar!”), y salió al aire enterita la frase, en horario de prime time. Las llamadas al control de la radio fueron varias y menos mal, que todas con sentido del humor. Por lo que el tema se solvento con una regañína de un jefe y la consabida advertencia: “donde hay micros no se habla, hasta que te lo digan”. Somos profesionales de los micros y las cámaras, y nos coge “el toro que es”, ya me contaran lo que les puede ocurrir a los no iniciados. Por eso y como quiera que los hombres públicos tienen doble delito, en el tema, tienen que ser doblemente prudentes, cuidadosos y sobre todo dueños de sus nervios, por muy gorda que se la “la pregunta” del plumilla de turno, hecha con la peor intención, supuestamente. Porque como es su obligación, después lo va a contar. En ese caso no hay off de record, que valga. Han caído en la falta casi todos los primeros espadas de la política, nacional (inclúyanse las autonosuyas), y muchos internacionales. Que posteriormente han sido “crucificados”, según ellos, por los del cuarto poder y a consecuencia de su laxus. El último al que han “pescado”, ha sido al Ministro de Economía y no se cuantas cosas más, de este país, antes llamado España. De Guindos, se tropezó con los periodistas y le preguntaron, por lo visto no le agradaron las preguntas y como todo ser humano, tiene derecho y lo hizo, se montó un cabreo del 15, para él solito. El “rebrinque” le llevo a confidencia lizar con uno de su sequito, que el preguntón “debería irse a tomar por donde amargan los pepinos”, dicho metafóricamente, textualmente “a tomar por el culo”. Hombre hay muchos que han salido del armario, lo que hace falta saber es si el señor ministro tenía conocimiento que el preguntón es de esos, porque en caso contrario es una falta de respeto tremenda y más de educación, que en boca de tan ilustrado y titulado señor, queda fatal. Si es que hay constancia del “envío”, a través del micro de turno. Claro que tiene el derecho a “cabrearse” y a murmurar los “tacos” que considere, pero fuera del alcance de la prensa, porque si le escuchan, lo contaran; del mismo modo que trasmiten dulcificada la opinión que los paisanos tienen de usted. ¿ Y a que ésta no le gusta…?.