Diríamos que nos encontramos pagando la penitencia con que el de Arriba, nos castiga por nuestras culpas y con el fatalismo de un vecino de Castellón o con el pasotismo de un ciudadano de Huelva, la afrontamos.
La dureza o benignidad, depende de nuestros propios errores, por lo tanto veamos cuales son los castigos a los que nos ha castigado el que todo lo puede.
Les conté que la alcaldesa de Valencia es amiga y periodista además de botánica. Comenzamos en el oficio de juntar palabras con poca diferencia de tiempo y en un medio hablado: ella, en la SER, la anterior a Polanco y yo, en RNE, la de toda la vida, solo que entonces menos contaminada.
Su padre, un gran profesional del periodismo en activo: Pepe Barberá Armelles, era “alguien” en el oficio en Valencia, donde desarrolló, la totalidad de su carrera profesional. En el idioma de hoy se diría que fue una mujer muy avanzada, especialmente para aquel tiempo. Rita, dio pruebas de una gran personalidad, de un carácter perfectamente definido y sabiendo muy bien lo que quería.
Prueba de su facilidad de contacto con la gente y de su “gancho” son los años que lleva trabajando y cargando sobre su espalda la responsabilidad de regir con mano de hierro, la tercera capital de la Nación, a la que en pocos años ha dado una nueva cara y la ha transformado de valencianos turistas fuera de su tierra; a millones de turistas de los cinco continentes que regresan encantados tras su visita a Valencia, donde ya no es solo: sol, playa , paella y fallas; ahora gozan con un gran abanico cultural, de primer orden; del patrimonio histórico y de sus riqueza monumental y artística, que complementan con obras de arquitectura modernas de los más famosos del panorama internacional y para los más pequeños, tienen un biopark de los mejores del sur de Europa.
La persona que se preocupa de que todo eso funcione, a pesar de los políticos y de los gobiernos, el “ama” del ayuntament, que los tiene muy buen puestos y que ha tenido que dejarlo claro en más de una ocasión; la penúltima en el famoso caso Gurtel, donde sin rubor y con “un par” ha confesado que a ella le regalan bolsos y que los de Louis Vuitton, por ejemplo entran en el segmento de lo permisible.
La Barberá, es no solo valiente, hace justicia a todos los que por motivos profesionales ocupan un puesto representativo y que por tanto se ven con la obligación de hacer y recibir regalos puntualmente. ¿Por qué y para que negarlo, cuando es de dominio público y forma parte de la “obligación cultural y tradición” de nuestra sociedad?.
Diremos que es la cara del buen político.
La cruz es caer en el error de negarlo, y mucho peor lo que hacen “otros”, que pasa desde meter descaradamente las manos en la “caja”, pasando por aceptar pagos o comisiones a cambio de los favores y terminando en los “empastres” de los ERES, la adjudicación a dedo de ayudas y subvenciones, no pagar los créditos, que por ser vos quien sois pasan directamente al capitulo de perdidas y ganancias, y terminando por mandar al chofer a comprar la “cocaína”.
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