NO DIGA, HAGA

Ya tenemos encima las elecciones al panteón de trogloditas bien alimentados y que no dan trabajo en sus partidos. Desde hace tiempo, los votantes piensan que aquellos que mandan los partidos concurrentes a las elecciones al parlamente europeo, son quienes resultan “molesto”, por diferentes motivos, en el seno de los mismos. Y si se fijan en el detalle se suele tratar de personas muy ilustres y de peso, en el panorama nacional, algunos con una gran relevancia, dentro del desarrollo del trabajo del partido. Repasen los que se conocen y coincidirán con la apreciación. Por cierto, aquí en el sur y en el pueblo, Doña Rosa Diez, se ha quedado sin representación. La persona que estaba en el ayuntamiento, como concejal de UPYD, está ahora como independiente; al preguntarle ha manifestado que se siente abandonada por el partido. Así que uno menos en la lista de “posibles”. Es curioso porque para muchos es el momento de gloria para los partidos no comprometidos (léase libres de casos de corrupción –por lo menos que se sepan-); por que la gente está muy quemada y disgustado contra los tradicionales, a los que según dicen castigaran en la próximas. Los del PP, en la Comunidad Valenciana, están más perdidos que un pulpo en un garaje. Por una parte niegan cualquier reivindicación que desde la Generalitat, hacen los de su partido inquilinos actuales, aunque en precario y con un pié mas fuera que dentro; y por otro se quieren lanzar a conquistar el voto perdido. Luego son conscientes que en la tierra de las flores, el perfume, el amor y de Rita Barberá; hasta está última esta en el “alero”, ellos en el “riu”, que es donde tradicionalmente mandan los valencianos las cosas que no quieren. El modismo es claro: “¡Aiso al riu!”. Las pifias de Ciscar y Fabra, son muchas y muy seguidas, y aunque los peperos confían en que se hayan olvidado, están demasiado recientes y son muy graves. Ya no es consecuencia del desgaste del poder, se trata de las barbaridades de quienes lo ejercen. El aviso a Génova, ha sido continuo en los pasados dos años y no ha servido más que para que desde Madrid, desprecien a los valencianos haciendo oídos sordos. Esta vez, ha pesar del “clásico seminfotisme”(me da lo mismo y paso), este no surgirá y si el enfado por el trato recibido. “Caldria” repetir, el casi olvidado: “centralismo opresor” de tiempos del general del jaco. Es una pésima carta de presentación, por mucho que se esfuerce el gallego y el resto de aduladores de su corte. No vale decir, hay que hacer y lo que han hecho no es precisamente para estar contentos.