Doña Ana Pastor, Ministra del cemento y similares y médico de profesión, se ha encontrado con un enfermo grave al que le ha mandado Rajoy para curar.
Doña Ana, hizo el traspaso con Pepiño Blanco y se encontró de pronto con que del balance le faltaban unos millones de nada, “solo” son la módica cantidad de 40.000 millones de euros que el anterior Ministro, olvido de dar cuenta a su sucesora.
Ya pueden ustedes suponer el “postillón” que la doctora ha tenido que recetar al paciente.
El Ministerio de las obras públicas de la “grandeure” del socialismo, está mes “pelao” que la “mojama” y ahí quedan las autovías que no conducen a ninguna parte, las líneas de AVE muertas; los aeropuertos que han costado verdaderas fortunas y que no tienen tráfico aéreo, etc.
La Pastor, ha tenido que decir que las obras faraónicas y otras “minucias” no nos las podemos permitir.
Por fin existe un político que se entera que somos pobres y que asegura que “su receta” será sonada.
Si a Badajoz, no vuelan ni los cerdos ibéricos. Don Quijote, prefiere los molinos de viento, al aeropuerto de Ciudad Real y en Castellón, su famoso aeropuerto por la cantidad de dinero que llevan gastado en publicitarlo, solo será reconocido por la estatua de Fabra, que está a la entrada el día que la terminen, porque a los aviones, por lo que se ve les da “grima”. No queda más remedio que replantearse que hacer con esas maravillas, en todos los sentidos, como darles “salida” y como poder colocar a los “curritos” que no tienen trabajo. Además de no volver a caer en errores de ese calibre. Insisto se ha hecho lo que no tenía razón de ser y se ha quedado en “proyecto” el de Huelva, por ejemplo, que si sería rentable y además le robaría trafico internacional al portugués de Faro. Pero las cosas de la política hay que entenderlas porque no se les puede aplicar la lógica de la razón. En política dos más dos, son veinticuatro, o menos veinticuatro. Según convenga.
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