ADEMÁS DE LAS VICTMAS

No existe bien nacido en éste país que no se haya solidarizado, a estas alturas del drama, con los familiares y deudos de las victimas y no permanezca atento a la evolución de los 80 heridos que quedan hospitalizados, 30 de ellos en estado crítico. Pero fuera, a parte, como dice Herrera, hay que hacer otra lectura más completa de las consecuencias el accidente. Ya se ha escuchado quien pide “mazmorra eterna” para el maquinista, si n pararse a pensar que a lo peor el exceso de velocidad, no se debe totalmente a su responsabilidad, pudiera haber existido un fallo en el sistema de frenado del convoy, el rebasar el límite prudente de los 80 kilómetros cabe dentro de la rutina, pero no mas arriba de 30 kilómetros. Por ello hay que esperar que los técnicos y expertos ofrezcan su veredicto, antes de condenar a nadie. También algo de responsabilidad tendrá el ministerio de Fomento, que no terminó, por unos pocos kilómetros, hasta la estación de Santiago, el moderno sistema de control automático del tren. ¿O es que la desgracia le es solo imputable al conductor del transporte?. Esto, no sería justo, si hay que exigir responsabilidades a todos los implicados, los por defecto: la dirección de RENFE y EL MINISTERIO, también deben estar en el paquete. Pero hay que ir a las consecuencias a medio y corto plazo, que el dramático suceso traerá aparejado para la industria ferroviaria del país, una de las pocas que se ha salvado de la quema y “guadañazo” de los políticos y que se codeaba con las mejores del mundo: franceses y alemanes, ganándoles en eficacia, tecnología, seguridad y precio. Nuestros competidores se deben de estar frotando las manos, cuando están en juego una seria de contratos en los cinco continentes y de ellos, en muchos llevábamos ventaja para la adjudicación, la broma de la falta de seguridad en torno a la alta velocidad en las proximidades de Santiago, nos puede costar muy caro y el suceso ha echado por tierra, muchos años de esfuerzo de nuestra industria del ferrocarril. En la fábrica Talgo, tienen que estar con que la camisa no les toque el cuerpo. Dicen que a perro flaco, todo son pulgas. ¿Recuerdan la fama que estaba cogiendo el anterior presidente de propenso a la mala suerte?. Pues a la vista de los hechos negativos de lo que llevamos de legislatura, ¿Qué tufillo les llega a las pituitarias, con respecto al gallego?. A éste no le dan una alegría, ni en su tierra, y menos en el día grande de Galicia. Santiago, se entera que va, el registrador y se marcha de viaje. Como continúe la racha, Dios, no lo quiera, va ha dejar en mantillas a un político andaluz, cuyo nombre no escribo por si trae mala suerte, y de quien todos decían era “gafe”. Lo peor será si es contagioso y los efluvios llegan al resto del país. ¡Catastrof de las grosen, oiga!.