¿Por qué escribe usted eso?. Es sencillo, no es que pretenda igualar a los políticos con los santos, y menos compararlos, pero en el menú de la política internacional, hay quien no solo quiere equipararlos, hay quien esta apretando para que el gallego multiplique por infinito los portentos de los de los altares y entre los mas exigentes hay personas “leídas”, porque se descalifican como “cultas”, al demostrar con hechos que no saben que en éste país, tal cual explicaba en un trabajo anterior, desde las elecciones hasta que el vencedor de las urnas está en disposición de mandar, ha pasado como mínimo un mes.
Al día siguiente de su victoria, ya le piden al de Pontevedra que solucione en horas, lo que los del anterior equipo han sido incapaces, no de solucionar, ni tan siquiera de paliar, en ocho años.
Esta mañana escuchando en la radio a los compañeros de las tertulias, no he tenido más remedio que echarme a reír, imaginando al de las barbitas y mirada penetrante, en lo alto de un altar, escuchando las suplicas de sus fieles.
Todos los medianamente instruidos sabemos que hasta que no se ha tomado posesión, no se manda; por lo tanto es absurdo exigir al que todavía es Presidente “in pectore”, que actúe como ejecutivo. Bueno, esa verdad de Perogrullo, por lo visto no entra en las entendederas de muchos españoles y comunitarios. Como también es impresentable que las agencias de calificación quieran darle ordenes al nuevo Presidente de una Nación soberana.
Visto, lo visto y escuchado lo oído, está claro que menos cuatro, los demás no se han enterado de como funciona el cambio de poder, y por tanto la posibilidad de que el nuevo “mande”.
Entre la Merkel, y los otros, han confundido a un gallego con la Santa Patrona de los imposibles.
Lo del Más, es todavía más grave. En éste caso no son los otros, es él mismo el que se cree, dueño y señor de vidas y haciendas. Se tiene que haber leído los hechos del patrón de Cataluña San Jorge, y eso de la lucha contra los infieles montado en un caballo blanco y decidiendo con su presencia el final de las batallas. Quizás por eso, sin encomendarse a Dios y un poco al diablo, ya ha tomado medidas de máxima austeridad para “els nens”, ¿como ha querido solucionar la deuda heredada del tri partito?, de la manera mas burda, subiendo los impuestos y declarando unilateralmente el “medicamentazo”, con otro nombre, pero con esos efectos. Es evidente que el “honorable”, no cobra 600 €, al mes. Así que el Más y el Durán, ya pueden empezar a restar votos para las próximas elecciones de los de la tercera edad, vulgo “yayos” y de los más desfavorecidos. Para evitarlo tendría que haber empezado por eliminar gastos superfluos y suntuosos, por ejemplo los cientos de enchufados como asesores, y los asesores de los asesores; las subvenciones a entidades poco claras, como por supuesto el Omnium Cultural, que se lleva un pastón del presupuesto de varias consellerias. Las que se dan a otros partidos porque defiendan lo indefendible, la supuesta catalanidad en otros territorios, los primos del sur, que no han sido, ni serán jamás catalanes y los “pavos” van a parar al bolsillo de unos cuantos listos para vivir como los antiguos Señores del Rosellón, es decir “vivir del cuento” en su propio beneficio. Suprimir las embajadas, ¿Qué significan las embajadas de Cataluña, por esos mundos de Dios, cuando hay quien no puede comer?. Cuando existe un problema es la Embajada de España, la que lo resuelve el y a la que se dirigen los representantes del gobierno catalán, solicitando ayuda. Antes de ponerles la vida más cuesta arriba a sus paisanos, empiece en “Bon hora”, por eliminar todos estos gastos que no sirven más que para que unos cuantos viven como dioses a costa de los demás.
Por todo lo expuesto, cada día se hace más imprescindible que el gobierno de turno cambie la actual ley electoral y mande al cesto de los papeles la tremenda e insolidaria, ley D´Hont.
Entérese Presidente, ¡Voste no es san Jordi. Manque li pese es humá!. No es el “amo” de Cataluña, se supone que es el servidor de los catalanes; por lo menos le pagan para eso, y no 600 € al mes, algunos más.
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