3.500 millones de nada, nos han terminado de empujar al precipicio, y hemos pedido el pié y hasta el “oremus” y nos hemos dado un “guarrazo” de aupa.
Llevábamos un par de días tonteando con más de los 450 puntos del valor de nuestra deuda. La anterior partida en el mercado, ya nos previno que la siguiente podría ser la definitiva y lamentablemente los ogareros han tenido razón.
La última movida, nos ha puesto en el centro de las tormentas y de las sospechas. De lo último no era necesario, se veía venir y desde lejos olía mal.
Que está pasando en la CE, para que todo salga al contrario de cómo estaba pensado. Las medidas que se ha tomado, no han resuelto nada, al contrario lo han empeorado. Así es imposible seguir.
¿Qué se puede hacer?. Menos el Quijote y el Pamplinas, cualquier cosa. La malo es que arrastramos fama de perdedores y eso es como “el mal fario”, que ha fuerza de mencionarlo termina llegando.
La subasta de los bonos españoles se han pagado a 7% de interés y eso es imposible de soportar; puesto que habría que dedicar la casi totalidad de la recaudación, solo para hacer frente a los intereses de nuestra deuda. Después de ver el comportamiento de mercado está cantando que no se fían de nosotros los inversores internacionales y sin su tranquilidad no cabe mover el dinero del interior, sin él, tampoco se produce el crecimiento y si éste, el IPC, sigue bajo mínimos y se termina de cerrar el circulo.
El crecimiento es fundamental, sin él, la bola de nieve seguirá engordando, para al final aplastarlo todo. Ya no es cosa del BCE, el que venga en nuestra ayuda, ahora estamos en manos del Fondo Monetario Internacional que es mucho peor compañero de viaje por sus exigencias.
La “querencia” a lamentara del gobierno, vuelve a aparecer e ese respecto: “su no pasa nada”, para el ciudadano es “pasa de todo”, en fin en breve veremos como termina la cosa.
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