Su poder de adivinación es infinito.
Sus predicciones sentencias catastróficas.
Su visión del futuro, no la comprende nadie: mezcla, la culpabilidad de los demás a los que predice los peores tormentos; no explica sus ideas, mucho menos la solución a los problemas que no supo resolver, durante su turno; y si vaticina que detrás de él, el infierno. Repite la sentencia:¡que viene la derecha!, sin darse cuenta que a día de hoy, no existen derechas e izquierdas, solamente siglas de partidos.
La Campaña electoral, más larga jamás vivida; no me dirán que cinco meses no son una pasada. Por lo menos ha servido para descubrir las dotes adivinatorias del “químico”, y la chapuza al dictado que los del carnet en la boca, están haciendo en el teletexto de la que fue mi casa, TVE; por cierto y es lamentable nunca estuvo tan politizada como ahora.
El paseo glorioso de Don Alfredo, ya ni los suyos se atreven a explicarlo; para unos es el del adiós, una especie de dulce despedida. Al respecto recordemos que en la anterior derrota electoral de los socialistas, el Señor Pérez Rubalcaba, salió bautizado como “el enterrador”; son los mismo que ahora lo repiten por “lo bajini”.
Para otros, los que han gastado un dineral en comprar ¿conciencias? (llamémosle así) y puestas todas la velas del mundo a los Santos en los que dicen que no creen, entre ellos y primordialmente a Santa Rita, por aquello de ser la patrona de los imposibles, es la vuelta triunfal para invadir otra vez la Moncloa y erradicar de una vez por todas a esos pijas del PP.
Una persona serie, pero poco culta o cortita de luces, me decía muy asustada, que le había llegado la información que las encuestas cada vez daban más igualados a los dos partidos mayoritarios. No tengo más remedio que felicitar a la Valenciano, porque su esfuerzo está metiendo más miedo en el cuerpo todavía a los que dicen ser indecisos, con lo cual aseguran más si cabe la victoria de los “pijos”.
Cuando no hay argumentos que defender, existen pegas y pecados de los que acusar a los otros. Rubalcaba, no habla de sus ideas para salvar éste pobre país, pero como si tiene que hacer algo, se ha pasado todo el tiempo diciendo lo que harán los demás. Por ello su poder de adivinación es infinito como ya se ha dicho. Si será grande que se atreve a poner en boca de Rajoy, lo que éste no ha dicho, ni dirá nunca, sencillamente porque no lo tiene previsto.
No quiero magnificar a los Populares. Ya veremos cuando estén en el poder que hacen, será el momento de ponerlos como el perejil, o para respirar tranquilos que es lo que deseamos 45 millones de gentes.
Recurriendo a la lógica de Epstein, no se lo que pasara el día 20, peri si se lo que sucederá el 21, si repiten los socialistas, se ha suicidado el país.
De su forma de hacer queriendo ser Merlín, no hay que reprocharlo, si que otra vez mienta y quiera vender “la cabra” a los paisanos, ¡eso no es serio Alfredo!.
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