En el rugby, hay una jugada que se denomina: “patada a seguir”. Consiste en el lanzamiento del balón por un fuerte puntapié y que sirve para ganar metros en el campo y que los del equipo que ha lanzado, corran como posesos detrás del balón.
La aplicación del método de la jugada está descrita en su nominación, no es necesaria otra explicación.
Exactamente igual que en el rugby, sucede con los ejemplos: los hay que serían de obligado cumplimiento y otros a los que hay que huir como de los apestados.
De los que se pueden incluir en el primer grupo tenemos uno que llamaríamos: “de cabecera” en el momento actual; pocas veces se da una acción como esa y cuando sucede, es el caso, conviene “airearla” al máximo.
En el país vecino del norte, tenemos relevo en la Presidencia , el bueno “para ellos” de Sarkosy, es ya historia. Ahora tienen un nuevo jefe; posiblemente uno de los políticos franceses más poco conocidos de los que han ocupado el Palacio del Eliseo. ¿Quien sabia quien era Don Paco Hollande, hasta que ha llegado a la Presidencia de la 5ª Republica?. Estamos hablando de un desconocido que ha desarrollado su trabajo dentro de la “casta” en “lenguaje” español: “en provincias”. Por lo tanto lejos de la “pomada” de la ciudad Lumiere, del colorido y sorprendente Paris.
Puestos a salirse de las normas establecidas, el brillante premier ha nombrado un jefe de gobierno que también ha practicado el “oficio” lejos de la capital y que encima, habla alemán correctamente, solo eso habrá hecho gritar a más de un buen francés: ¡Mon Dieu!, de asombro. Pero las excentricidades del nuevo “cheff”, no finalizan ahí, una vez iniciado el camino de sorprender a propios y extraños, coloca de Ministro de gobernación, a un tipo nacido en Cataluña, pero del lado español.
C´a c´est la folie!. “De locos” posiblemente les resulte a los paisanos gavachos, a los demás si nos queda un poco raro.
Pero no piensen que sus “cosas” ¿poco frecuentes…?, vale, terminan ahí. La primera medida de gobierno de D. Paco, es bajarse el sueldo; él y sus Ministros, un 30%, de 14.000€ a 9.500€, lo que no deja de ser una excentricidad para la mayoría de sus colegas europeos, que de entrada le han tachado de oportunista y con ganas de llamar la atención de los votantes.
La “medida” (está si es una buena medida y no las que toman otros), ha caído como una cerilla en un polvorín, y tiene inquietos a muchos políticos de países próximos, que lo critican duramente “por lo bajini” (Solo faltaba que los ciudadanos de los otros países, exigiesen la medida).
Mr. Hollande, ante la indignación y “cabreo” de sus colegas ha sentado “cátedra” de que hacer en un momento puntual como el que vivimos, y su acción un ejemplo que deberían seguir los restantes mandatarios de los países de la CU (Aunque el pueblo no lo pida y por limpieza política).
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