Aquí se pasa de un extremo al otro del arco iris, sin percatarse de los colores y en menos que se tardaba de fumar un cigarrillo, que como es políticamente incorrecto, tendremos que echar mano de otra metáfora, que esté de acuerdo con los tiempos y no moleste a los “anti” tabaco, y se bese con los de medio ambiente. Al “rebufo” de ello presencie un numerito que montaron en un restaurante una parejita porque alguien estaba dando una calada en la puerta, por la parte de dentro del local; para después del “tifostio”, salir ambos y ponerse a fumar sin ningún recato. Son las cosas que hemos heredado de los mayores, que los jovencitos señalan como con muchísimo carácter (en éste caso todo el mundo entiende que se tiene: muchísima mala leche).
Durante la etapa que condijo al país a una guerra civil, un grupo soñaba con algo que venía del este y encandilaba a los que se decían de izquierdas, Rusia exportaba el comunismo y con él, la receta de la “dictadura del proletariado”. Algo novedoso que conocían los iniciados, pero que sonaba bien a los obreros. Eso de lo mío, mío y lo tuyo a partir, que en resumen era lo que se trataba de conseguir, se disfrazaba y tenía clientela.
Las dictaduras nunca han sido buenas, aunque en algunas de ellas no se pagaran impuestos, y los “picoletos” tuvieran una acuerde con GAES, por lo bien que les funcionaban las orejas. Luego de una dictadura, se pasa por la dictablanda, antes de salir desordeno y mando.
La dictadura del proletariado, con la unión de socialistas y comunistas, todos sabemos como terminó y mejor que no vuelva. Hay que acordarse del millón de muertos y de algún libro que hable de ello , como por ejemplo, “los cipreses creen en Dios”; etc.
Terminada esa faceta de la historia del país, llegamos al pos franquismo, con perdón, digamos que nos colocaron casi sin transición y menos experiencia de lo que es una país demócrata; en unas Cortes elegidas por el voto popular y con la “refundación” del oficio de político, olvidado en el tiempo por falta de uso.
La nueva democracia, nos ha dejado un país hecho una era sin grano, endeudado Dios sabe para cuantos años y con los partidos chuleando, acusándose los unos a los otros de las desgracias del país, pero sin que ninguno disponga de la solución a los muchos problemas en los que nos han metido.
Los recién llegados al poder, “son demasie”, estos se superan cada día dando un escándalo más grave y provocando una mayor alarma social.
Desaparecida la clase media, solo se ve en la globalización, unos pocos ricos, muy ricos y el resto trabajadores potenciales porque con el 24´2% deparados, para que les cuento.
Los mesiánicos recién llegados, vía decretazo, se han cargado la ley laboral, para entregarle en bandeja a la patronal el despido libre. Esta crecida y sintiendo protegida por el poder, se ha venido arriba y sabiéndose dueña de la situación, por boca del Presidente de la Patronal, se permite decir que hay que arreglar las leyes, para cambiar el derecho a la huelga y que como es posible que unos cuantos quieran paralizar el país. Me gustaría saber si Rosell, pensaba igual si tuviera a media familia en el paro y su señora tuviera que pasar el mes con los 420 € del subsidio de desempleo.
¿Es que Rajoy, pretende imponer la dictadura de la patronal?.
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