EL MUNDO AL REVES

Les aseguro que lo he comprobado y con dos temas que obligan a pensar ¿en que país vivimos?.
Hace unos días fui de acompañante a la Inseguridad Social. Esperaba tropezarme con gente necesitada de información, sobre todo para prevenir la que se nos viene encima, con la tromba que nos está cayendo y la cadena de: “terremotos, maremotos y otros males bíblicos” que se producirán tres el 25 M.
La cola de información, el primer filtro, para conocer el camino tortuoso y difícil que se debe seguir a continuación, salía del edificio y le daba la vuelta a la esquina por la acera, por supuesto que sin exagerar más de un centenar de personas, pasando frío y a la espera de una solución para “su” problema.
Tanta muchedumbre, perfectamente ordenada y resignada, aguardando turno, sorprende al que no está afortunadamente “baqueteado” en el menester. Pero siendo grande el personal que espera y que no sorprende ni llama la atención a los transeúntes, quienes están familiarizados con las colas, lo que se nota una barbaridad es la composición de la misma, de la totalidad de personas que aguardaban, solo habían tres españoles, me llamo tanto la atención que los conté; solamente tres eran españoles viejos, los demás: moros, negros y rumanos.
Me hice la siguiente pregunta: ¿si están aquí es porque tendrán derecho?. Seguidamente viene a la cabeza otra pregunta: ¿estos querrán trabajar…y lo han hecho antes, aunque sea solo una “peona”, si no, no estarían aquí?. La respuesta es otra pregunta: ¿qué vamos hacer con nuestros parados…?.
Uno se contesta, los españoles a emigrar, si es que quieren trabajar y los pocos puestos de trabajo que se produzcan, Dios quiera que lo antes posible, ya los ocuparan todos estos, ¡es evidente!.
Me acorde de Sarkosy, y de su limpieza de no “nacionales”, que fue muy criticada, pero que los franceses agradecieron, porque gracias a ella, lo primero que se notó en el país vecino fue una reducción importante de la inseguridad ciudadana.
Ni soy xenófobo, ni racista, ni nada que se parezca, además lo tengo demostrado, pero por encima de ello soy español y no muy tonto, entiendo perfectamente que todo el mundo tiene derecho a vivir, pero también soy de la opinión de llevar a la practica la necesidad de aplicar “la caridad como corresponde” y recuerden que se dice:¡la caridad bien entendida empieza por uno mismo!.
Ni para los comunistas el hambre, es repartible. Los ruidos gástricos, se los queda uno y no se traspasan al de al lado.
El siguiente episodio, no es solo que no lo comprendo, es que me parece que es una aberración social, sencillamente pienso en las consecuencias. Si cuando nace un arbolito, le colocamos una caña para que no se tuerza. El ejemplo se aplica en la educación juvenil, como método solvente y recomendable. Lo más importante es la formación de la persona, no solo enseñándole cultura general y mas tarde conocimientos superiores o técnicos, hay algo que está por delante de eso, es “que sea persona”, que conozca las reglas del juego de la convivencia, La relación de los derechos humanos, algo que se llamó: “urbanidad” y más tarde las normas de la educación. Y eso se enseña desde el momento en que aparece la alegría de la nueva vida. Pero si el árbol se tuerce, tendremos necesariamente que ponerle la caña, en su propio beneficio.
Por eso causa “pasmo” leer que un juez ha mandado detener a unos padres, por castigar con la prohibición de salir el fin de semana a una niña y más que una “cría” se atreve a semejante denuncia. ¿Se la ahijarían algunote ustedes. La querían como nuera?. Si siendo menor de edad, tiene esos instintos, ¿qué hará cuando se mayor?. Y el juez que ha dado crédito a éste insulto contra la razón, lo que está haciendo es cuidar el germen de futuros delincuentes.
No es ese “extraño caso”, hay más otrote los de las puñetas ha sancionado a otro progenitor por un bofetón.
Luego nos quejaremos que los niños insultan y no respetan a los mayores, de lo que tampoco se libraran los permisivos jueces. Y que los jovencitos se crean los reyes del “todo guay” y sena capaces de hacer un mínimo esfuerzo; a ellos que se lo sirvan todo en “bandeja” y desgraciadamente no es el momento más propicio.
El siglo XXI, nos ha dejado cosas muy raras que vivir: la crisis, el descaro de los políticos, los fraudes, la corrupción en lección acelerada, la mala educación, la falta de preparación y jueces del cariz de Tomás Sala o de los estrella como Garzón; el despertar, al grito de ¡garrotazo y tente tieso!, de una policía sumisa en grado máximo al poder y pasando de la calle en tiempos del anterior gobierno; a Zapatero, Rubalcaba, Rajoy y la Cospedal. ¡Que cruz, Señor, que cruz!. La ruina.