En las Españas además de las fallas, salen a la calle los habitantes del país para protestar y las huestes de Fernández, a darles palos.
Estamos en el país del oportunista. Es la ultimísima moda.
Lo “in” es que coincidan, en la calle, los de las pancartas con los “armarios” de los antidisturbios y los cámaras de la tele; cada cual a lo suyo: unos a protestar, otros a repartir palos y los terceros a filmar para que el resto de los mortales lo veamos. A posteriori, entran en escena los de las “clases” que cada uno vende la “cabra” según le interesa. Los sociatas dirán que la calle es de ellos y le venderán al partido hoy en el poder que ellos son los que manejan las masas; los anti sistema y demás “mártires” a poner la mano y mover las concentraciones de personal, para que se arme el lío; los que se llaman de izquierdas, a salir en el retrato pegados a la pancarta que es lo que más vende. Por su parte los sindicalistas amenazando, eso sin gritando poquito, no sea cosa que se enfade la Bañez y cierre el grifo de las subvenciones para la formación.
La Cospedal, con el mesianismo que trasmite el Jefe, dando lecciones de ética ciudadana y de comportamiento pacifico laboral, para eso ellos han pensado en la solución del país y como tienen línea directa con Dios, han recibido la ciencia infusa del Espíritu Santo, por ello sus medidas son las buenas.
Yo estoy esperando que en un arranque comunión con el Altísimo, entregue su sueldo a Cáritas y pase el mes con 420€ que es lo que ella entiende (de no ser así, no estaría en vigor) que es el salario que se facilita los mas necesitados.
Escuchando a los descendientes directos de los profetas, no cabe otra, más que la risa, es una buena terapia para muchas cosas hasta para calmar el hambre. Si es por la radio, te entran ganas de desconectarla, si es en la tele, quitar el sonido y regalarle o un corte de mangas, ouna sonora pedorreta, la peineta, la lleva todo el mundo preparada para cuando te mencionan la “casta”, plantificársela en las narices al atrevido.
Lo del mil eurismo, nació como una forma despectiva de anunciar la precariedad de los trabajadores españoles, comparándolos con los de los restantes países, socios fundadores de la CE.
Pocos años después, las aspiraciones de los españoles es conseguir un puesto de mil eurista y con ello, se dan con un canto en los dientes.
Primero el grupo se formo con los parados mayores de 40 años, a los que un poco después se unió los pardos de larga duración. Actualmente en el mismo “saco” están los jóvenes, los parados de salida, aquellos que buscan su primer empleo y los repetidores, los chavales que han puesto de patitas en la calle.
Cuando te tropiezas con algún conocido con familia en edad laboral, la pregunta es la misma: ¿Cómo están los tuyos, trabajan…?.
Y la respuesta comienza ha ser también la misma, (de ésta mañana) mi chico lleva tres días en Londres, esta trabajando en una empresa de ingeniería. (De hace unos días) Mi hijo se fue al Canadá y al tercer día tenía trabajo. Estos son los listos y con visión de futuro, los otros, los pobrecitos, a seguir repartiendo curriculums y rompiendo zapatos. Es mas fácil que les toque la quiniela, la primitiva o los ciegos, que se tropiecen con un puesto de trabajo. Los .pocos que hay están copados por los moros y los rumanos. Estos se conforman con no llegar a mil euristas.
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