ESTÁN EN JUEGO: LA GLORIA O EL DESTIERRO

Llegó, el tan deseado por unos, día 25 M; y el tan temido por otros.
El sol sale para todos, igual lo que pasa es que algunos los coge en un “nublao” y ya no es lo mismo.
En estas elecciones de Asturias y Andalucía hay más en juego que lo que aparece a primera vista. PP y PSOE, tienen establecida una competencia de la que uno de los dos resultará “mal librado”. No está solamente encima de las mesas el mandar en una y otra Comunidad. El trasfondo es más profundo, sobre todo, para los primeros de la lista, para los candidatos.
¿Se habían percatado de las trayectorias políticas de los dos?.
Pepe Griñán, ha sido un hombre fuerte del socialismo de éste país desde la etapa de González, con el que llegó ha ser Ministro; es decir fue uno de los barones sociatas, en un tiempo con mucho peso, que en Ferraz, ha ido perdiendo poco a poco, para quedarse sustituyendo a Manolo Cháves, en la Presidencia de la Junta de Andalucía, o lo que es lo mismo gobernando a seis millones de españoles, dentro de la autonosuya más grande de la Nación y también la que ha perdido más puestos de trabajo, la tarjeta que presenta al llegar al Hoyo 30 (son los años que llevan mandando en san Telmo), es demasiado “gorda”, 30% de parados; como diría Trigo: “manda huevos”, pero como añadido los ERES de la corrupción, el fondo de reptiles y “otras grandezas” que tapar.
Por su parte Javier Arenas, está en una posición parecida. También lo ha sido todo dentro del partido y hasta las últimas elecciones generales, pertenecía al grupo de los elegidos por el “cónsul” Rajoy, como de la máxima confianza. Fue Ministro de trabajo y lo hizo muy bien; luego con el paso de los años los nuevos “leones del PP”, le han ido haciendo hueco, hasta dejarlo como último intento para “conquistar” Andalucía. Esta es la tercera intentona. Buena escusa para apartarlo de la cocina donde se “guisa” todo el pastel de los peperos que bendicen al gallego.
La sutileza, se nota y al buen observador, no le pasa inadvertida.
¿Qué quiere usted decir?.
Pretendo dejar claro que lo de “fuertes” en el partido es agua pasada y a día de hoy se la juegan.
Quien quiera de los dos que resulte derrotado está condenando al “destierro-olvido” político. Mientras que al que gane, lo coronaran con laurel y proclamaran su gloria en Ferraz o en Génova.
Fíjense si las urnitas de hoy tienen guasa.
La trayectoria y los éxitos del pasado no contaran en absoluto para nada a la hora de enviar al perdedor a los “cocodrilos”. Como al vencedor solo se le calificara por su victoria de hoy, lo de atrás no cuenta. Su medalla es por una batalla, no por la guerra.