Es lo obligado, en éste país y en el siglo XXI no hay quien se salve de pasar por el juzgado.
Comentamos que desde que existe la ¿democracia? (¿Ah, pero existe?), la ventanilla de reclamaciones de éste país es el juzgado de guardia. Lo pusieron de moda los políticos y ahora, por narices, no queda otro remedio que pasar por él, para resolver cualquier problema por pequeño que sea.
Si en tiempo de normalidad los juzgados no dan abasto, por la cantidad de casos que se les presentan, ya me dirán ahora, cuando para reclamar una simple factura, te ves en la necesidad de recurrir al de las puñetas.
Como además, la justicia es a la carta, y depende de que tengas o no amiguete, y tu reclamación haya caído en él, o el contrario; la cosa puede cambiar. El desaparecido escritor y excepcional letrado Fernando Vizcaíno Casas, escribió varios libros solo con los errores de sus Señorías. Por ello se dan casos tan “divertidos” como que el mismo juez, con dos casos iguales, haya dictado sentencias contradictorias.
Claro que éstas solo incumben al celtibérico de alpargata. Los políticos y las instituciones, como no cumplen las leyes, mucho menos las sentencias judiciales, que además se vanaglorian del incumplimiento.
De esa manera los primos del Norte, cuyo actual jefe el ciudadano Más, amenaza al resto de los que vivimos en la piel de toro con el independentismo, como si esto nos afectara; al catalán por lo visto no se ha molestado en descubrir que los españoles, incluyendo a sus paisanos, lo que les preocupa es tener trabajo, que les paguen sus sueldos y llegar a final de mes que ahora no pueden. De lo demás pasan más que él, con las sentencias de los Magistrados.
El President, ya ha dicho que no se ejecutara la sentencia del TSJC, en tanto en cuanto no se vean sus recurso. Así que “tut home a estudiar en catalá”. Aquí cabe: “el manda huevos”, del cartagenero Trillo.
Magnifico ejemplo para el reto de los mortales que pisan el suelo de las Autonosuyas.
Como en el librito se ve, la doble moral, tenemos a lo primos del sur, también cabreados.
La justicia no es igual con la Generalitat, que con Doña María José Campanario, madre de familia, esposa de torero y estudiante frustrada, aunque su expediente académico es brillante.
Un rector de Universidad, argumentando “mal ejemplo”, impide a una ciudadana de Jerez que continúe sus estudios de odontología, por que es de mal ejemplo tenerlas en las aulas, cuando tiene una sentencia recurrida.
Este ciudadano que por muy rector que sea, es tonto, no tendrá mas remedio que repasarse el expediente de todos sus alumnos para hacer una criba con ellos y sus familiares, ¿Cuántos va a encontrar que tienen algo pendiente en el juzgado?. Si es justo, lo que no le libera de ser idiota, deberá poner de patitas en la calle a los restantes afectados, entre a lo peor, el también está metido.
Espero que la ciudadana de Castellón, que ha demostrado su capacidad intelectual, además de pasar por la “ventanilla de reclamaciones (el juzgado. Con lo cual el rector deberá auto expulsarse, por tener un teme sub judice)”, se haya matriculado en otro centro docente que en lo que resta de Estado Español, hay mas de dos y buenos, y en los que sus responsables sean personas normales y no protagonistas subnormales.
El de la limpieza y pureza, el nazi, es del Centro, luego de “gilipollas”, no se libra nadie en éste país.
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